Los auxiliares del Tinkoff, el equipo donde corre Peter Sagan, estaban en guardia a 50 metros de la línea de llegada de Murcia. No querían que el corredor eslovaco se detuviera a hablar con los periodistas. Iba caliente, cabreado, fuera de sí... y encima dolorido, tanto, que queda en entredicho la continuidad del ciclista en una ronda española que ayer vivió una de las jornadas más tensas y accidentadas de la prueba.

Sagan, el incombustible, el que pelea siempre, el que hasta ironiza por su colección de segundas plazas, vestido de verde, el maillot de la regularidad tanto en el Tour como en la Vuelta, se veía ganador en Murcia (venció al esprint el belga Jesper Stuyven). Sabía que Alejandro Valverde, cauto porque juega en la división de los aspirantes a la victoria en Madrid, no entraría al trapo en la llegada, por mucho que Murcia fuera su tierra, por mucho que sus hijos, sus padres, sus hermanos y su mujer lo estuvieran esperando en la meta de la Gran Vía.

LA REACCIÓN

Y en eso, pura desgracia, la moto de asistencia, la que lleva ruedas para los corredores fugados por si pinchan, porque no hay distancia para que les auxilien los coches de equipo, lo arrolló. Sagan al suelo. Sagan, enfurecido. Sagan, a golpes con la carrocería del vehículo del médico, que se había parado por si necesitaba ayuda y Sagan, a patadas con la bici, mientras el piloto de la moto se mantenía a una distancia prudente. Por si acaso. El enfado del ciclista fue monumental. Incluso excedió ciertos límites tras el incidente acaecido, unas líneas rojas que quizá no debería haber sobrepasado en ningún momento el ciclista, por muy indignado que estuviera.

El piloto que le atropelló le perjudicó en demasía con el incidente, pero no hay razón para ponerse de tales maneras. Los ciclistas no deben ser atropellados por los vehículos de carrera. Pero la reacción de Sagan tampoco fue la apropiada para un corredor que está llamado a ser todo un campeón de este deporte. La UCI (Unión Ciclista Internacional) lo multó con casi 300 euros por injurias, amenazas y atentar a la imagen del ciclismo. Al piloto, lo echó de la Vuelta a España.

Mala suerte en una caída inesperada, en una recta. Kris Boeckmans, corredor belga del Lotto, se fue al suelo con varios compañeros encima. Quedó inconsciente. Susto monumental y traumatismo craneal severo, según el parte médico.

En la misma caída, Tejay van Garderen, que venía a pelear por el triunfo y ya no lo podrá hacer, Dan Martin, que quería destacar en la clasificación general, y Nacer Bouhanni, el esprínter del Cofidis, también tuvieron que abandonar la carrera.