Miles de aficionados blancos echaron el cierre este domingo en el Santiago Bernabeu a una jornada festiva colofón de una temporada triunfal para el Real Madrid. La afición del club blanco no perdió la ocasión de acordarse de su eterno rival, el Barça, y el estadio escuchó de forma masiva el cántico de "Piqué, cabrón, saluda al campeón".

En esta ocasión, sin embargo, ningún jugador merengue se sumó al grito contra el central blaugrana, cosa que sí ocurrió en las celebraciones recientes por el título de LaLiga. En concreto, fue Carvajal el culpable de los insultos, aunque no fue sancionado.

La celebración por La Duodécima, conquistada el sábado en Cardiff, fue el apunte final del plantel de Zinedine Zidane, especialmente reconocido por los aficionados y seguidores del Madrid que durante toda la tarde invadieron parte de las calles de Madrid para disfrutar de la temporada del doblete.

Cristiano Ronaldo, Marcelo y Sergio Ramos fueron los más reclamados. El portugués fue el más ovacionado, e incluso se cantó a sí mismo "¡Cristiano, Balón de Oro!" según 'Sport'. El capitán, Ramos, irrumpió con la Duodécima en sus manos y una corona con SR4 inscrita, en su cabeza. Fabio Coentrao, que no acudió a los actos de celebración y al que tampoco se le vio en la fiesta sobre el césped del estadio Millenium de Cardiff, fue el gran ausente.

DESDE CIBELES

El periplo por Madrid había empezado horas antes. Con los jugadores citados, precisamente, en el estadio Santiago Bernabeu. A media tarde, con los jugadores ataviados con el traje oficial y, en el caso de alguno, como de Cristiano Ronaldo, con retoques en su 'look', especialmente en el pelo, partieron en autobús hacia el centro de la ciudad.

Tal y como sucedió hace dos semanas, con el trofeo de la Liga en la mano, fue la sede de la Comunidad de Madrid, la Real Casa de Correos, la parada inicial de la Duodécima, el último éxito logrado por el Real Madrid, en la serie de actos oficiales y festivos programados. De la Comunidad la expedición se trasladó al Ayuntamiento, donde fue acogido por la alcaldesa Manuela Carmena, que en la recepción destacó al conjunto blanco como "el mejor equipo del mundo y lo tiene Madrid".

El paso por la Plaza de Cibeles fue el más esperado. Miles de seguidores aguardaron en el punto de encuentro habitual para los madridistas la llegada de la Copa y el ritual con la diosa. La comitiva llegó en un autobús descubierto, después de saludar a los aficionados que poblaban las calles.

Sergio Ramos y Marcelo cumplieron con la tradición. Alentados por el himno del club, atravesaron la pasarela junto al resto de jugadores y arroparon a la Cibeles con una bandera de España con el escudo madridista y una bufanda sobre su corona.