Ha sido un mal invierno para practicar esquí de montaña. El club Peña Guara lo ha sufrido en sus propias carnes. Todas las travesías y salidas promocionales que tenía programadas han tenido que ser suspendidas debido a las malas condiciones climatológicas. Todas menos la última, que se celebra durante este puente de San Jorge. Parece que el tiempo va a darle una tregua al club altoaragonés y que podrán realizar una atractiva ruta por el entorno del Balneario de Panticosa.

«La temporada ha sido totalmente nula. El curso de iniciación a duras penas lo hemos salvado al no poder hacer recorridos largos. También hicimos un curso de seguridad en terreno de aludes. Pero en la salidas de un día solo pudimos hacer una y con marcha atrás en el Portalé y Panticosa», indica Antonio Gros, el responsable de la sección de esquí de montaña del club oscense.

Las travesías largas comenzaron en marzo. «Pero se han tendido que suspender. Lo peor ha sido el viento de cara a la seguridad. Ha hecho malo todos los fines de semana. El monte ha estado inestable y el peor enemigo no es el exceso de nieve para nosotros, sino el viento. Crea muchas placas de viento, se rompen y provocan avalanchas. Tener que anular las cuatro travesías no se había dado nunca en el club. Ahora esperemos que sea el bueno el quinto intento», dice Gros, que es socio 42 años. El altoaragonés afirma con ironía que «la temporada casi empieza ahora. Pero el programa oficial acaba este fin de semana. Aunque en el mes de mayo se va a poder salir muy bien. Y hasta entrado junio porque hay mucha nieve en altura», indica Gros.

Peña Guara organiza cursillos para evitar los peligros invernales de la montaña. «Formamos a los socios para que sepan si pueden salir al monte, por donde pueden ir, donde se han formado las placas... Hay boletines de peligro de aludes e informamos a la gente en esta parcela. Si se maneja bien la información se puede salir si hace bueno con una relativa seguridad eligiendo bien el recorrido en función de la estabilidad o no del monte», explica.

El 7 y 8 de abril tenían previsto realizar una travesía por Llauset. «Fue imposible y no hubo manera. La del 24 y 25 de marzo en las Maladetas también la anulamos». Este fin de semana será propicio. «Se está estabilizando el monte y caerán coladas de fusión por el calor sobre todo en las caras sur. Ahora hay mucha nieve y serán los primeros días de calor», dice.

Estaban previstas 30 plazas para la ruta de este puente. «Pero al final no hemos llenado y la harán 18. Hace ocho años hicimos un recorrido muy similar. Son travesías que se van repitiendo. Este recorrido que comienza y termina en el Balneario de Panticosa es muy accesible pernoctando en el refugio Wallon, situado en el valle de Marcadau y también el de Les Oulettes», afirma.

Los montañeros comienzan hoy la travesía a las ocho de la mañana en Panticosa. «El primer ascenso es al collado de Brazatos hasta la cabecera del valle del Ara. Dejaremos a la derecha el Vignemale y tiraremos al norte hasta el collado de Arratille, que separa el valle de Ara del de Marcadau. Si da tiempo se subiría un pico muy esquiable que se llama Alfons Meillón. Después se pernocta en el refugio Wallon», explica Gros.

Mañana el final será el refugio de Respomuso. «La excursión clásica es subir a la Gran Facha, pero nosotros iremos a Cambalés por una zona con muchos lagos y subiremos por la cara este al pico Cambalés». Es el techo de la travesía con sus 2.965 metros de altura. «Descenderemos por el oeste al valle de Azún y desde el collado de la Piedra de San Martin llegamos al refugio de Respomuso, el final de la etapa», explica.

El lunes se regresa a Panticosa. «Iremos en dirección a Tebarray, pero nos desviaremos a la derecha donde arranca el barranco de Pondiellos. Se llega al ibón de La Sartén, se pasa por la cara oeste de Argualas y Garmo Negro y se supera el collado de Fenías hasta el Balneario de Panticosa. Es una travesía poco habitual. Ese paso lo descubrimos hace 15 años, lo hemos repetido en varias ocasiones y es una bajada muy maja», concluye Antonio Gros.