Orlando Ortega, el nuevo subcampeón olímpico de los 110 metros vallas, se envolvió de arriba a abajo con la bandera española nada más conseguir la séptima medalla de la delegación española en Río 2016 y la primera para el atletismo patrio desde Atenas 2004. Fue la manera que este auténtico prodigio de las vallas altas encontró para agradecer la acogida de su nuevo país cuando, en agosto de 2013, decidió huir de la disciplina cubana y acogerse a la nueva nacionalidad, que obtuvo en 2015 y que le permitió estrenarse como atleta español en estos Juegos Olímpicos.

"Estoy muy agradecido por esta oportunidad. Quiero agradecerle a España la confianza en mí. A la federación española, a mi club. Gracias a mi familia en Cuba, a mi padre que está hoy conmigo. El objetivo está cumplido. Muy contento y muy agradecido por esta oportunidad. Estoy seguro de que voy a lograr muchos éxitos para España y para mi familia. Han sido tres años muy difíciles para mí, he sufrido mucho para llegar a este momento y estoy muy contento", aseguraba un Ortega incapaz de ocultar su alegría una vez conseguido su primera gran éxito con su nuevo país,

Ortega acababa de ser segundo en la final olímpica. Estuvo a punto de pagar una mala salida y un pequeño tropiezo en la segunda valla, pero reaccionó de manera maravillosa en la segunda parte de la carrera y entró pegado a Omar McLeod, que le ha dado a Jamaica el primer oro en esa especialidad.

La medalla de Ortega ya se presumía desde las semifinales disputadas dos horas antes, en las que el hispanocubano se impuso en su serie. La plata le reportará a Ortega el premio de 48.000 euros estipulado por el Comité Olímpico Español a los medallistas de plata. En su estreno como español logró un éxito indiscutible, mejorando el sexto puesto de los Juegos de hace cuatro años en Londres, aún como cubano, un pasado del que no reniega, ni mucho menos, pero que ve lejano.

Fantástica carrera

"Estoy seguro de que voy a dar más éxitos al pueblo español, que ha confiado en mí en todo momento. Me he sentido físicamente muy bien. En la semifinales tuve mucha presión, porque podía ser mi segunda final consecutiva. Tenía miedo. Gracias a Dios pude lograrlo. Llegué a la final a divertirme, sin presión. Gracias a mi abuela, el orgullo por el que yo estoy aquí hoy en día. Fue una carrera fantástica".

"Prometí antes de salir que iba a dar lo mejor de mí y he dejado la piel por España, esta medalla de plata me sabe a oro con récord mundial", dijo Ortega, que rememoró su pasado reciente: "He pasado tres años duros, he tenido que aguantar mucha presión porque no supe hasta último momento si iba a venir a los Juegos o no". Para el corredor, lo más difícil de ser emigrado "es estar lejos de la familia" y aunque reconoce no negar sus raíces cubanas, se declaró español con gustos españoles. Con solo 24 años, la carrera del vallista de Artemisa no puede ser más prometedora, ahora que dice haber encontrado en España la tranquilidad y la calma para entrenarse que echaba en falta en la convulsa Cuba en sus últimos años allí. Con pocos recursos y polémica con su federación, Ortega decidió que los Mundiales de Moscú de agosto del 2013 serían los últimos campeonatos con su país natal y ya no volvió a Cuba. Se instaló en España donde ahora se prepara en el Centro de Alto Rendimiento con su padre, también llamado Orlando, de entrenador, mientras el resto de su familia está entre Miami (por ejemplo, su madre) y la isla antillana.

RÉCORD DEL MUNDO

Los Juegos son el primer gran campeonato en el que Ortega puede participar como español, ya que el Comité Olímpico Internacional fija en tres años el tiempo que debe pasar entre la última competición con el país anterior (fue en Moscú el 11 de agosto del 2013) y la primera con la nueva nacionalidad (en Río de Janeiro, el pasado día 15). Por cuatro días el vallista hispanocubano ha podido colgarse la medalla y mejorar su sexto puesto como cubano en Londres 2012.