Al Monzón se le escapó el ascenso en el fatídico minuto 73, hasta ese instante, los de Álex Monserrate tenían un pie y medio en Segunda División B. Un penalti maldito, indicado por el árbitro a instancia de su asistente, derivó en un gol para el San Isidro y dos expulsiones para los oscenses, acabando con todas las esperanzas de un equipo que lo había dado todo, quedándose al final con un sabor amargo de lo que pudo ser y no fue.

El Monzón supo marcar muy bien los tiempos del partido, adelantándose en el marcador y recibiendo un empate que aún le servía. Cuando los oscenses se encontraban cerca de su segundo gol, llegó la polémica decisión arbitral.