El yate de Cristiano Ronaldo ha sido abordado en alta mar por agentes de la Agencia Tributaria de Aduanas que han realizado una inspección del barco del jugador portugués, según publica Hola.com. En la foto que publica la revista se pueden ver a tres agentes que acababan de registrar el yate del jugador portugués.

Ronaldo regresaba al yate después de haber comido con su familia en un restaurante de Formentera cuando llegaron agentes de aduanas en lancha. En el barco estaba la familia del jugador del Real Madrid, su novia Georgina Rodríguez y varios amigos y familiares. Un familiar de Ronaldo fue quién se encargó de todas las gestiones y de enseñar toda la documentación que les fue requerida. Al parecer Cristiano no habló con los agentes.

CON SU NOVIA Y SU MADRE

El registro tuvo una duración de una hora y media, un tiempo en el que el jugador del Madrid permaneció en la embarcación junto a su novia y su madre, Dolores Aveiro. Al parecer, la inspección de la Agencia Tributaria de Aduanas se enmarca dentro de un control rutinario que se lleva a cabo en periodo estival.

El yate 'aYa London' tiene una longitud de 27 metros de eslora y una velocidad de crucero de 34 nudos y su precio de alquiler por una semana asciende a 45.000 euros. La embarcación ha sido alquilada por Cristiano para disfrutar de sus vacaciones antes de volver a Madrid para incorporarse a la disciplina del primer equipo de Zinedine Zidane, que este miércoles llegó a Los Ángeles para preparar la pretemporada.

CITA EN EL JUZGADO

Antes de ponerse a las órdenes del técnico francés el 1 de agosto, el jugador portugués tendrá que ir a declarar el 31 de julio al Juzgado de Instrucción de Pozuelo por la denuncia por parte de la Fiscalía Provincial de Madrid de cuatro delitos entre los años 2001 y 2014 por defraudar 14,7 millones de euros, lo que llevó al jugador del Madrid a filtrar su deseo de marcharse del conjunto blanco.

De momento, Ronaldo sigue con sus vacaciones, alteradas por esa inspección en su yate, aunque horas más tarde colgaba una imagen familiar en una piscina, ajeno a todo el escándalo. Ni ha hablado con Florentino Pérez, tal como se anunció que harían jugador y presidente al terminar la Copa Confederaciones ni ha afirmado públicamente que sigue en el club blanco, lo que muchos dan por seguro.