Ahora es imposible". Así de contundente se muestra Poyet sobre las opciones que tiene de prosperar el intento de Kadir Sheikh de que llegue al Zaragoza para ocupar el banquillo. "Siempre he dicho, y es un sentimiento que tengo, que sueño con entrenar el Zaragoza, es algo que está ahí, pero el timing, el momento, no es el adecuado. Ahora no puede ser", añadió el actual entrenador del Sunderland, que tomó las riendas del equipo inglés el 8 de octubre del 2013 cuando parecía que el descenso era el único camino. No solo logró salvarlo del descenso en una gran recta final, sino que llegó a la final de la Capital Cup, que perdió ante el Manchester City.

El exzaragocista ha hablado en los últimos días con su excompañero Nayim y sabe del proyecto y del interés de Sheikh en contar con él. "Quedaron en que me llamarían, pero esa conversación aún no se ha producido. Los escucharé por respeto, claro, por el cariño que le tengo al Zaragoza, pero me comprometí con el Sunderland, estoy en la Premier, ahora no puede ser", añadió Poyet, que de hecho tiene una temporada más de contrato firmada en el Sunderland y que hoy tiene prevista una reunión con el equipo inglés donde se van a tratar aspectos de su contrato, con quizá la posibilidad de ampliar su vinculación por una temporada más, hasta 2016.

SU CARRERA Poyet, que militó en el Zaragoza entre 1990 y 1997 y levantó la Recopa y la Copa del Rey, ha dirigido como primer entrenador al Brighton y al Sunderland, mientras que antes formó parte del cuerpo técnico del Swindon Town, del Leeds, con Denis Wise como técnico, y del Tottenham, con Juande Ramos. El técnico uruguayo ha reiterado muchas veces que su sueño es entrenar al Zaragoza, donde su carrera como futbolista alcanzó su mayor explosión y donde fue más extensa su etapa.

Descartada la opción de Poyet por su actual contrato en el Sunderland, la idea de Sheikh y de Nayim para hacerse cargo del banquillo zaragocista si entra este empresario en el club iría, en la medida de lo posible, por alguien que conozca el club y la ciudad, porque ese sentimiento se considera básico en la idea de proyecto que tiene el empresario pakistaní.