Lo anunció ayer el presidente del Celta, Carlos Mouriño, cuando se le preguntó por Borja Iglesias: «Esta temporada estará con nosotros haciendo la pretemporada», aseveró el dirigente celeste, aunque no pudo garantizar la continuidad del ariete, cedido al Zaragoza este curso, en el conjunto vigués, donde le resta un año más de contrato: «Borja tiene un año más de contrato con nosotros, y conjuntamente con él decidiremos qué es lo mejor para las dos partes. Pero todos los jugadores que muestren compromiso con el Celta, y el caso de Borja es muy claro, tendrán nuestra mayor comprensión tanto para quedarse como para irse», destacó.

La realidad es que Borja ya tiene desde hace días una oferta de renovación que no ha aceptado. Se trata de una propuesta por cinco temporadas en la que el ariete pasaría a un escalón superior en su salario en el Celta, con una oferta que rondaría los 700.000 euros anuales, según algunas fuentes. Borja ha pospuesto cualquier negociación hasta acabar la temporada y va a priorizar la apuesta deportiva, el jugar y sentirse valorado, a cualquier otra cosa.

Ahí tiene ventaja el Zaragoza, que sabe que Borja Iglesias haría lo posible, y algo más, por quedarse en caso de ascenso, aunque eso exigiría un traspaso importante por parte del conjunto aragonés. Su cláusula es de 10 millones y no habría que alcanzar esa cifra al tener un año solo más de contrato, pero sí una cantidad importante, por lo que el esfuerzo sería significativo. Borja tiene a muchos equipos de Primera interesados en él, como el Alavés, el Girona, el Eibar, el Leganés, el Betis, el Levante o el Espanyol. También es seguido con atención por clubs ingleses (Swansea, Brentford y algunos más) o hasta por el Celtic escocés.

La competencia por el delantero es elevada, pero el Zaragoza sabe que tiene la voluntad del punta, que en ningún caso seguirá en La Romareda si no se sube a la élite por la vía del playoff.