Ya ha llegado el verano y los amantes de la montaña empiezan a realizar actividades en el Pirineo aragonés. Pese a que las temperaturas han ascendido de manera brusca en los últimos días, los aficionados no se pueden confiar y deben ir perfectamente preparados para no sufrir imprevistos. Como muestra bien vale un botón. La Guardia Civil superó el pasado fin de semana la media de rescates de la temporada alta. En menos de 36 horas realizó once intervenciones en el Pirineo y Guara.

Acercarse al Pirineo con respeto al medio y con seguridad es esencial en el periodo de vacaciones. «En esta época del año hay que prestar más atención. Cuando estamos en el fondo del valle y miramos para arriba, no vemos nieve. Pero en las canales sombrías y en las caras norte todavía hay. Lo mejor es preguntar a la gente de la zona, las empresas de guías, las oficinas de turismo y consultar la página www.alberguesyrefugiosdearagon.com», dice Marta Ferrer, responsable de la campaña Montañas Seguras de la FAM.

En caso de encontrarnos con la nieve, hay que utilizar los crampones y el piolet. «El piolet siempre hay que llevarlo en la mano cuando entramos en la nieve puesto que es la herramienta para autodetenernos», dice Ferrer. Otro peligro latente en el verano son los puentes de hielo. «El paso previo del final del deshielo son los puentes de hielo que se originan encima de los barrancos y acaban viniéndose abajo. Si estamos encima, nos hundimos con ellos. Nada de hacer fotos debajo porque nos puede caer encima de la cabeza», indica Ferrer. Por otro lado, el deshielo provoca fuertes caudales. «A primera hora de la mañana podemos cruzar perfectamente un barranco que a la vuelta baja más caudaloso y no lo podemos cruzar con tanta seguridad».

El guía del grupo debe tener en cuenta los clientes con los que trabaja. «Hay veces que el que piensa en la actividad no tiene suficientemente en cuenta al grupo con el que la va a realizar. Seguramente está preparado física y técnicamente, pero si el grupo no lo está, tiene que bajar ese nivel y pensar por los demás».

La regla de oro en el verano es planificar, equipar y actuar. «Planificar y equipar se hace en casa. Saber bien a donde vamos, conocer horarios, desniveles, el estado de la ruta y preparar planes alternativos. Y sobre el terreno no bajar la guardia. Las mejor decisión que podemos tomar es darnos la vuelta si no lo tenemos claro y volver otro día. No tenemos que encabezonarnos». Muchas veces los accidentes suceden cuando estamos terminando la excursión. «En montaña madrugar es el mejor consejo. El cansancio nos hace tomar peores decisiones, somos más torpes y no tenemos los mismos reflejos. Tenemos que llegar frescos cuando estamos en el meridiano de la actividad». El móvil es un elemento de seguridad en la montaña tan importante como el botiquín o una manta térmica.

En caso de tormenta, el consejo es «no ponerse al lado de árboles aislados, no moverse entre el ganado, no correr, alejarse de los elementos metálicos. Hay que evitar estar en crestas o cimas que actúan como pararrayos cuando se barrunta una tormenta eléctrica». El accidente típico en estas fechas en la caída por las laderas de nieve. «Hay que ser rápido de reflejos porque una caída en nieve blanda puede ser relativamente fácil. A veces se lleva el piolet y no sirve de nada puesto que hay que refrescar el manejo de ese material». Lo ideal es hacer un curso de montañismo en cualquiera de los clubs aragoneses.