Corren buenos tiempos para el Club Deportivo El Pilar Maristas. Colegio donde el balonmano es historia, hace dos fines de semana su equipo sénior masculino ascendió a la Liga de Primera en su feudo. Y este fin de semana llegan las ya legendarias 24 Horas de Balonmano. Pero esto colegio que hace años se encontraba en la calle San Vicente de Paul y que hace casi tres décadas tiene su sede en el barrio del Actur cuenta con una sección de baloncesto floreciente. Muchos dicen que llegó la primavera para la sección dirigida por Ángel Moya.

Cuenta con 15 equipos y los dos mayores juegan en Segunda División. El resto son equipos escolares. "Este año somos la sección que más deportistas tiene en el colegio. Será que hacemos las cosas bien y porque somos una entidad organizada. También influye el tirón de la selección española junto al CAI Zaragoza". Moya viene de la cantera del Alierta Augusto. "Fui secretario y tesorero. También entrenador y colaboraba con la territorial. Era jugador de Escolapios y la Fundación San Valero, pero lo que menos me gustaba era jugar". Su vinculación a Maristas es por su hijo, un cadete que ahora está integrado en el CBZ. "Hace nueve años llegué y me ofrecí para ayudar al básquet. El primer año de colaborar me dijeron que llevara la sección. Pasamos de nueve equipos a los quince que hay en la actualidad. No he estudiado aquí, ni soy religioso, pero como padre soy miembro del AMPA y del Consejo Escolar. Estoy metido en el colegio hasta la bandera", indica.

Equipo de colegio

La modestia es la seña de identidad de la sección de baloncesto de Maristas. "Somos un club humilde de segunda división. Como sección de baloncesto nos debemos al colegio y no tenemos la opción de hacer campañas de selección, sino que nos debemos a los alumnos del colegio, que son el 85%. No fichamos fuera. Si quieren venir, les hacemos sitio", reconoce.

Moya valora que el objetivo es "la educación y la diversión. Si se puede se gana, pero no es lo prioritario. Lo nuestro es formación personal y formación humana, desarrollo psicomotriz de los jugadores, amistad entre ellos y que se lo pasen bomba", dice Moya. Pero la prioridad son los estudios. "Lo primero son los libros. Son los padres los que vienen a manifestarnos el problema. Si entrenan tres días a la semana, se les suele ofrecer que falten un día al baloncesto. Pero el que no es buen estudiante y no es organizado, porque tenga dos horas más al día, no va a ser mas ordenado y estudioso".

El colegio cuenta con un pabellón que comparten los tres deportes de equipo. "Pero nos podría hacer falta otro pabellón. Tenemos uno que lo compartimos entre las tres secciones y tenemos poco acceso a él. Hay una hora de pabellón cada día para 15 equipos y hay grupos que apenas pisan el pabellón. Tampoco necesitamos nada especialmente, aunque habría que arreglar el asfaltado del patio del colegio y algunas canastas".

Maristas no organiza ningún torneo de baloncesto. "No hacemos ningún torneo en el cole porque nuestros equipos siempre están compitiendo. Acudimos a los torneos que nos llaman. Además, hemos mal acostumbrado a los padres porque no se vinculan y montar un torneo cuesta un tiempo. La gente peca de ser cómoda. Pagan y que los niños jueguen y compitan. La culpa es nuestra", confiesa.

El 60% de los equipos son femeninos. Los mas pequeños empiezan a jugar a los seis años. Están vinculados con la Fundación CAI Zaragoza, con el que hacen un clínic en noviembre. Moya valora el nivel del baloncesto escolar zaragozano. "Se sigue pensando mucho más en ganar. Todos los años tenemos experiencias desagradables con colegios que intentan ganar por encima de lo que sea. Eso fastidia y molesta, porque nadie se va a ganar la vida en esto", cierra Moya.