En la extensa carrera como guardameta y entrenador de Jorge D´Alessandro (Buenos Aires, 28-07-1949) no hay parada en Zaragoza, aunque el ahora técnico del Salamanca estuvo muy cerca de ser protagonista directo de los dos últimos descensos zaragocistas, en los cursos 76-77 y 01-02. En el primero, un gol encajado por el conjunto charro, donde era titular indiscutible en la portería, fue el detonante y, el año pasado, estuvo a punto de coger las riendas de la escuadra aragonesa, pero el club se decantó, sin resultado positivo, por Marcos.

D´Alessandro, el hombre que más partidos ha jugado en Primera con la Unión (241), no ocupaba la portería el día en que Reza, con un autogol, permitía la victoria y la salvación del Racing en la 76-77 para condenar al Zaragoza a Segunda. Ese día, el guardameta era Seoane. "Había sufrido una una fuerte luxación en el hombro tras más de un centenar de encuentros consecutivos como titular. Me perdí las tres últimas jornadas de aquel campeonato", recuerda el ahora entrenador charro, que, eso sí, disculpa a su compañero en el marco y a Reza, porque no fueron pocos los rumores que apuntaron hacia un resultado amañado entre los contendientes: "Fue un accidente. Esos comentarios están fuera de lugar y la desgracia del descenso les toca unas veces a unos y otras a otros".

Ese año le tocó al Zaragoza y también en el pasado mes de mayo. Un poco antes, Luis Costa había abandonado el equipo y, a falta de siete jornadas, el club se jugó la carta de Marcos. "Estuve a punto de ir. Me hubiera hecho mucha ilusión y el diagnóstico del equipo iba para mi perfil de técnico, pero la directiva eligió otra alternativa", añade.

Ese perfil al que alude D´Alessandro encuadra al entrenador experto en situaciones de emergencia. El salvó en su día al Atlético y también le encomendaron hacer lo mismo con el Salamanca en la 95-96, aunque el resultado no fue positivo. Esta temporada, ha regresado de urgencia al conjunto charro para suplir a Balta y buscar el retorno a la élite. "No me gusta que me hayan encasillado en ese perfil, pero no tengo otra alternativa. Lo que más me lo marcó fue las dos temporadas en el Atlético. Es lo que más resuena de mi currículum", sentencia.

Pero es Salamanca su casa. Diez años como guardameta, otros cinco como técnico en la cantera y dos experiencias más, incluida la actual, en el banquillo del primer equipo. "No diría que soy historia viva sino que la Unión es mi auténtico hogar, con mayúsculas".

Y en ese hogar consiguió remontar el torcido rumbo con el que comenzaron el curso en el Helmántico para acercarse a la zona noble de la tabla, aunque en las últimas jornadas la falta de gol ha estancado la reacción. Ahora, les visita el Zaragoza y "es un partido de máxima motivación ante un rival muy cualificado, que está trabajando de manera muy seria", concluyó el técnico del equipo salmantino.