La calidad de un empate se decide en función de todos los resultados de la jornada. La calidad de un partido se decide por sí misma, sin necesidad de mirar a ningún otro sitio. Con la derrota del Oviedo y del Granada y los empates de Osasuna y del Valladolid, el punto del Real Zaragoza en Reus es estupendo para dar un paso más en pos de amarrar una de las plazas del playoff. Menos lo fue para mantener vivo el sueño de ascender de manera directa, algo que ahora se contempla en la lejanía, y como actuación colectiva en sí: el equipo no jugó un buen encuentro, perdió el control y fue superado menos en el resultado, lo cual, paradójicamente, a veces también es una buena noticia.

Como todo, el 1-1 del viernes hay que ponerlo en contexto y en su justa relación. El Zaragoza empezó el año el 16º con 23 puntos, tres por encima del descenso y a once del sexto clasifico. Hoy es precisamente sexto con 59 puntos, tres más que el séptimo (y el goal average) y 20 por encima del descenso. Así que a pesar del mal día en Reus, la cosa marcha fenomenal.