Ese Albacete que le dio un repaso al Real Zaragoza en la Copa del Rey ya no existe. Resulta chocante, pero el giro que le ha dado Luis César Sampedro a su equipo en las últimas semanas lo ha alejado del fútbol de toque para acercarlo a una efectividad menos vistosa pero más adecuada a su realidad. Se ha convertido en un equipo mejor armado, más sensato y, desde luego, más robusto en defensa. Lleva prácticamente toda la temporada como farolillo rojo, pero abandonó ese lugar la pasada semana y su intención es salir de los puestos de descenso pronto. Hoy.

No se parece este equipo a aquel revolucionario queso mecánico (sobrenombre puesto en recuerdo de la Naranja mecánica, aquel fútbol total holandés de Rinus Michels, Cruyff, Neeskens y compañía) de Benito Floro que tan famoso se hizo en los años 90. Es, sin embargo, un conjunto preparado para estudiar el juego de su rival, adaptarse y competir.

Su entrenador piensa que esta vez le tocará parecerse más al equipo de la Copa. Sencillamente, Sampedro no se cree que el Zaragoza mantenga el rumbo marcado el pasado domingo ante la Ponferradina, al menos el de la primera parte. "Del centro del campo hacia arriba tienen gente de mucha calidad, pero creo que no van a venir a dominar el partido sino a esperar y salir a la contra", dijo ayer el técnico, que destacó a tres jugadores. "Son muy peligrosos Javi Álamo, Pedro o Jaime". Se dejó a otros como Eldin o Bastón, incluso a Wilian José. Pero insistió: "Arriba el Zaragoza no te perdona, tiene mucha calidad. No necesita mucho para descubrirte tus miserias y hacerte daño".

Tampoco le impresionan a Sampedro las ausencias de los cuatro centrales de su rival. "Muchas bajas, sí, pero van a jugar Diego y Lolo, que llevan más de 300 partidos en Primera", dijo el técnico, que reconoce haber empezado la temporada con una defensa muy blanda y muchas lesiones, pero que poco a poco se ha ido asentando. Le ha ayudado, sobre todo, la llegada de Pulido, central que la pasada campaña formó parte del Castilla.

Sobre la base de un 4-2-3-1 o un 4-4-2, el Albacete ha encontrado la pausa y el convencimiento. Es un equipo que va a más, como demuestran los últimos resultados, que marcan una curva claramente ascendente con tres victorias en las últimas cuatro jornadas ante Leganés (1-0), Osasuna (2-0) y Barcelona B (1-2). En medio, fue superior al Levante aunque no lo remató.