Natxo González es la gran apuesta del Real Zaragoza para encabezar el proyecto. ¿Cómo es el entrenador vitoriano? Un técnico de carácter, con las ideas claras y que marca las distancias son las frases más repetidas entre los jugadores a los que ha dirigido —Alavés B, Reus, Sant Andreu, Alavés y de nuevo Reus componen su carrera— , y sus directivos siempre lo presentan como un hombre de club, honesto y leal.

Joan Gaspart, exvicepresidente del Barcelona, era el presidente del Sant Andreu cuando este modesto club catalán estuvo dos temporadas, la 08-09 y sobre todo la 09-10, a un paso de la Segunda. «Es un fuera de serie como entrenador, pero más si cabe como persona. Es, sobre todo, un hombre de club, muy respetuoso y trabajador. Con disputar dos playoffs con el Sant Andreu creo que ya está todo dicho de su labor. Yo con él me sentía muy a gusto. Tanto que, cuando él se fue, yo también lo hice, igual que en anteriores veces se había quedado en el Sant Andreu por fidelidad a mi persona», explica Gaspart, que no niega el carácter fuerte del técnico, «aunque yo creo que eso es positivo para manejar a un vestuario», para añadir después: «Si el Zaragoza lo contrata yo me alegraré mucho por él, porque se merece dirigir a un equipo importante, y por el club, que le tengo mucho cariño y que deseo que cuanto antes regrese a Primera».

En aquel Sant Andreu estaban jugadores como Lanzarote, Abraham, cedido por el Zaragoza ahora al Levante, el también exzaragocista Edu Oriol, ahora en el Tenerife, o el delantero del Reus Máyor. Todos se hicieron un cartel para dar después el salto a un equipo profesional. También el zaragozano Luso Delgado, ahora en las filas del Córdoba: «Es uno de los mejores entrenadores que he conocido y para mí es el más importante, el que más me hizo mejorar. Jugaba de lateral derecho y fue el primero que me empezó a poner de mediocentro, donde después he jugado. En ese sentido cambió mi carrera deportiva», explica el capitán cordobesista, que estuvo dos años en el Sant Andreu a las órdenes del próximo técnico zaragocista para en el 2010 irse al Girona.

En el día a día, Natxo González, «es un entrenador muy metódico, trabajador y serio. Tiene las ideas claras, mantiene la distancia con los jugadores, que haya ese respeto hacia la figura del entrenador, pero no necesita la cercanía para transmitir. Sabe hacerlo con pocas palabras, con poco te dice mucho», explica Luso, que llegó hasta el filial zaragocista antes de buscar fuera un sitio en el fútbol: «Al futbolista le da muchos recursos en el campo, lee bien los partidos, sabe lo que quiere y lo que necesita el equipo en todo momento».

Con el entrenador vitoriano el Reus ha sido el equipo menos goleado y es una seña de identidad de los conjuntos que ha dirigido. ¿Es lo que propondrá en La Romareda? «Se le tacha de defensivo, pero recibir pocos goles no implica serlo, porque le gusta hacer daño desde el balón, desde la asociación. Jugábamos bien en el Sant Andreu y el Reus también lo hace», explica Luso, que siempre admite su cariño por el Zaragoza y que cree que con Natxo «ha elegido bien, porque lleva muchos años con buenas temporadas. Ya era hora de que tuviera un equipo grande y con ambiciones. Le deseo lo mejor».

Tras el Sant Andreu, la siguiente estación fue el Alavés, con el que logró un ascenso a Segunda en la 12-13 que es clave en la historia del club: «Mucha parte de responsabilidad del buen momento que vive ahora el Alavés también está en ese ascenso que se logró con él», indica Avelino Fernández, ahora consejero y que fue presidente alavesista de junio del 2011 a octubre del 2013.

«Natxo entendía perfectamente dónde estaba. Es de Vitoria y sabía que el fracaso iba a ser mucho más doloroso que la alegría del éxito, que al final sí se produjo con el ascenso. Se adaptó a las necesidades de la categoría y del club, sabiendo la exigencia que el Alavés tenía de subir a Segunda, similar en este caso con la que tiene el Zaragoza de volver a Primera», explica. ¿Y el carácter? «Es evidente que lo tiene, pero no hace una exhibición de él. Es inteligente, sabe medir los tiempos y sacarlo solo cuando es necesario. Es una persona leal y trabajadora, enamorado de su profesión, casi un obseso», dice Fernández.

MUY POCOS GOLES / En aquel Alavés militaba Miguel Martínez de Corta, exportero del Zaragoza y titular con Natxo González hasta que se rompió el cruzado a finales de noviembre del 2012. «En los once partidos que jugué, solo me marcaron tres goles y dos fueron en el mismo encuentro. Estuve nueve sin encajar. Esa temporada que subimos ganamos muchos partidos por la mínima, por 0-1 y 1-0, y los rivales nos decían, ‘joder, qué asco dais, no jugáis a nada, pero nos habéis ganado’. Y yo prefiero que me digan eso a que me alaben y no gane», sentencia el ahora portero del Logroñés y que llegó a aquel Alavés desde el Albacete para ser uno de los capitanes de ese equipo.

«Le gusta que sus equipos trabajen bien en defensa, pero maneja las dos facetas del juego. Nosotros iniciábamos los partidos con un juego más en largo y, cuando el equipo se asentaba, tratábamos de combinar más», explica Miguel, que destaca la preparación física de aquella pretemporada, por la elevada exigencia, y también que Natxo «es muy metódico. Normalmente utiliza un 4-2-3-1 aunque en algún partido muy específico podía jugar con cinco atrás. Con el vídeo trabaja mucho y me imagino que en Segunda, con más medios, lo hará más».

No se sale el arquero riojano del perfil de seriedad que se le atribuye al próximo entrenador zaragocista, un obseso del fútbol y de tenerlo todo bajo control. «Es exigente y serio. No es un míster para hacer guasas, ni un tipo cercano. Con el jugador mantiene la distancia, no habla mucho, solo lo necesario, no da excesiva confianza, quizá para evitar que a los jugadores les dé la mano y se tomen el brazo», añade el portero, que militó en el Zaragoza, en el filial y después en el primer equipo. «Para mí aciertan con él, es un muy buen entrenador. Eso sí, la plaza es más exigente y es un paso más en su carrera. A ver cómo lo afronta».

Solo aguantó Natxo González 16 partidos en el Alavés en Segunda tras haber firmado el ascenso. Al Reus, desde el 2014, le ha llevado a Segunda y a una notable permanencia en la categoría de plata con el presupuesto más bajo: «Para mí es un doce sobre diez como entrenador, muy serio, trabajador y profesional. Es uno de los mejores de España», aseguró a este diario el actual presidente del Reus, Xavier Llastarri, hace unas semanas.