Confianza. Eso es lo que Rafael Nadal busca en los primeros partidos del Abierto de Australia. El paseo que se dio el lunes en su debut ante Víctor Estrella Burgos estuvo bien pero no le ayudó a esfumar las dudas que tiene al no haber jugado ningún torneo antes de llegar a Melbourne. Ayer, ante el argentino Leonardo Mayer, ya tuvo una mejor referencia de cual es su estado de forma tras ganar por 6-3, 6-4 y 7-6 (7-4), en un partido trabajado, complicado y donde su rival le obligó a poner una marcha más.

«Ha sido una victoria vital después de mucho tiempo sin competir. Era un primer test importante y creo que lo he superado», valoró Nadal. El número 1 no se permitió ninguna frivolidad. Rompió en el tercer juego (2-1) y no dejó escapar la ventaja hasta apuntarse el set, salvando cuatro break points que Mayer dispuso en el octavo juego. Repitió fórmula en el segundo. Rotura rápida (0-1) y, de nuevo, tras salvar dos break points de Mayer en el séptimo juego.

En el tercero, Mayer mantuvo la presión y logró su premio tras más de dos horas de lucha al conseguir romper el servicio de Nadal en el décimo juego (5-5). El español, por si acaso, no estaba dispuesto a alargar el partido y lo cerró en el tie break tras 2 horas y 38 minutos. Mañana, en tercera ronda, le espera el bosnio Damir Dzumhur (30 mundial), para volver a probarse. Como Nadal, también superaron ayer la segunda ronda, Pablo Carreño y Carla Suárez. El asturiano, número 10 mundial, se clasificó tras la retirada de Gilles Simon, por lesión, cuando dominaba el marcador por 6-3 y 2-0. Más duro le resultó a la canaria deshacerse de la húngara Timea Babos (6-4, 2-6, 6-2).

Pero más problemas tuvieron para evitar el KO tres favoritos como Grigor Dimitrov, Jo-Wilfried Tsonga o Carolina Wozniacki. La tenista danesa, reciente campeona del Masters, levantó un 5-1 en el tercer set ante la croata Jana Fett (103 mundial). Dimitrov, también último campeón del Masters y número 3 mundial, necesitó cinco sets para tumbar al estadounidense McKenzie Donalds (178 mundial) por 4-6, 6-2, 6-4, 0-6 y 8-6 y lo mismo Tsonga, que remontó un 5-2 en el quinto set, contra el canadiense Denis Shapovalov y que acabó ganando por 3-6, 6-3, 1-6, 7-6 (7-4) y 7-5. Una cuestión de confianza.