No juega desde abril. Cuando mejor estaba, caía lesionado. Tras un choque fortuito, Rafinha caía lesionado en Granada. Desde entonces, desapareció hasta encadenar dos visitas al quirófano para solucionar su lesión en el menisco interno de la rodilla derecha. Ocho meses más tarde, el jugador, de 24 años, recibía el alta médica y se pone ya a las órdenes de Ernesto Valverde, aunque será difícil que pueda ir convocado el sábado a Madrid para disputar el clásico del Bernabéu.

Rafinha se perdió los meses finales con Luis Enrique, el técnico con quien coincidió en el Celta y el que mejor le entendió. Y también se ha perdido el arranque de la era Valverde, curioso como está el entrenador extremeño en saber donde le puede hallar acomodo en su dibujo táctico. "No tengo palabras para expresar este momento", escribió en su cuenta de Twitter hace 10 días cuando realizaba el primer entrenamiento completo con el grupo.

Arda Turan, Rafinha y Marlon, en el Calderón antes de la final de Copa contra el Alavés.

En la primera intervención, realizada el 7 de abril, los médicos fijaron el retorno del polivalente futbolista brasileño en cuatro meses. Pero no se cumplió ese plazo, obligado, además, a ser operado por segunda vez (1 de octubre). Dos meses y medio después de esa artroscopia en el menisco de la rodilla derecha, el Barça anunciaba una buena noticia para Valverde. En las últimas 48 horas, el técnico ha recuperado a Iniesta (titular durante casi una hora contra el Deportivo), Mascherano (no jugó ni un minuto ante el equipo gallego) y ahora a Rafinha.