Sergio Ramos se explayó en la zona mixta para explicar su polémica celebración ante los Biris tras marcar de penalti y a lo Panenka en el partido de vuelta de octavos de la Copa en el Sánchez Pizjuán. El defensa, que se señaló su nombre en la camiseta mostrándolo al fondo, se llevó las manos a las orejas en referencia a los insultos que recibe en cada visita a Sevilla y luego pidió perdón al resto de la afición sevillista, argumentó después que está harto de tener recibimientos hostiles en la que fue su casa.

El jugador de Camas mostró su enfado por el hecho de que otros exsevillistas sí sean bienvenidos al Pizjuán. "A Rakitic y Alves, que no han mamado de aquí, se les recibe como dioses. A mí, se acuerdan y me insultan a mi madre", explicó el madridista, citando a dos jugadores que son o fueron del Barça. Como muestra de sevillismo, Ramos fue muy gráfico: "El día que me entierren será con una bandera del Madrid y otra del Sevilla".

El jugador blanco insistió en que ni la forma de lanzar el penalti, 'a lo Panenka', ni la posterior celebración fueron una falta de respeto: "No he faltado el respeto a nadie, he pedido perdón a Soria [portero del Sevilla] que no tenía ninguna culpa y a la afición menos a un sector que se ha acordado de mi madre y me ha insultado desde el primer minuto. Me debo al Real Madrid pero el Sevilla siempre será mi casa piten más o pitén menos. Soy el capitán del Madrid y voy a defender a mi equipo".

MEDIDAS CONTRA LOS ULTRAS

Tras la celebración, y pese a pedir perdón por el gol a tres cuartas partes del campo, gran parte del estadio silbó y hasta insultó al futbolista. "Quizá la gente cuando vea la repetición lo entienda de otra manera. No me sale celebrar un gol en mi casa, pero cuando se acuerdan de tu madre desde el primer minuto obviamente esa gente no se merece respeto ninguno. El sevillismo sí y quizá el presidente deba tomar medidas para que esa gente no manche al resto de la afición", lanzó.

Dado que el Madrid juega este fin de semana nuevamente en el Pizjuán, esta vez en la Liga, se espera un recibimiento caliente del estadio a Ramos, aunque el jugador insiste en que no hay motivo para ello. "Lo he intentado arreglar, pero no voy a explicárselo uno por uno y dando charlas porque quizá no lo quieren entender. Lo manipularon de otra manera y yo me debo al Madrid. Yo hablo en el campo y no estoy para dar conferencias de prensa. Cada vez que baje a Sevilla no quiero ser noticia, solo por lo que hago en el campo".

En cualquier caso, el jugador no le teme al partido del domingo: "Es el fútbol, me gustaría que me recibieran de otra manera pero no va a cambiar nada, uno está preparado y no es la primera vez que vengo a jugar aquí. Yo no voy a cambiar, vengo a jugar al fútbol".