El Real Madrid sigue dependiendo de sí mismo para proclamarse campeón de Liga después de vencer ayer con claridad, por 0-4, a un alicaído Granada en Los Cármenes. Dos goles del colombiano James Rodríguez y otros dos de Álvaro Morata en el primer tiempo dejaron el choque ya sentenciado al descanso, mientras que en la segunda mitad los dos equipos gozaron de ocasiones para marcar pero ninguno lo hizo.

Zidane aprovechó la visita al equipo descendido para dar descanso a la mayoría de jugadores que utilizó en la ida de semifinales de la Liga de Campeones ante el Atlético de Madrid. Ramos y Casemiro fueron los únicos que fueron titulares el martes y repitieron ayer en el once de una segunda unidad blanca que, como ha ocurrido en sus últimas actuaciones, volvió a ofrecer una grata imagen.

El equipo blanco tardó un suspiro en ponerse por delante en el marcador. A los dos minutos y medio de partido, James remachó en línea de gol un tiro que por sí mismo entraba de Lucas Vázquez, que ganó la espalda sin problemas a la zaga local. El colombiano repitió, otra vez solo y casi a bocajarro aunque esta vez de cabeza, a los diez minutos, cuando firmó el 0-2 tras un perfecto centro de Coentrao.

Se relajó algo el Real Madrid con la ventaja y en mitad del monólogo merengue hubo pequeñas fases en las que el Granada, que al cuarto de hora realizó un cambio que de poco le sirvió, tuvo la pelota, pero su balance ofensivo en la primera parte fueron dos tiros lejanos y desviados.

A la media hora llegó el 0-3 marcado por Morata tras una buena cabalgada por la derecha y pase de la muerte de Danilo, que volvió a aprovechar la escandalosa endeblez defensiva rojiblanca. Una nueva demostración de esta bisoñez se produjo cinco minutos más tarde, cuando Morata marcó otra vez culminando una acción individual al contragolpe con un gran remate tras dejar en el camino con un regate al camerunés Martin Hongla.

Antes del descanso gozó el cuadro visitante de dos opciones muy claras para anotar el quinto tanto, pero Lucas Vázquez mandó un remate al larguero y, casi a renglón seguido, Ochoa ganó un mano a mano ante el propio jugador y Casemiro mandó el rechace fuera.

La segunda parte sobró, ya que el Real Madrid bajó el pistón ante un Granada absolutamente incapaz que asistió a algún ensayo de Zidane, como jugar con Morata y Benzema juntos, a los que se unió Mariano en el cuarto de hora final. Danilo, Sergio Ramos, por partida doble, y Lucas Vázquez gozaron de ocasiones claras para marcar y en el campo contrario el colombiano Adrián Ramos obligó a parar un balón a Kiko Casilla por primera vez a la hora de juego.