Sus peleas son tan visibles que a más de uno le ha dado por pensar que es carne de cañón. Los árbitros, desde luego, no lo han tratado con justicia. O eso se entiende en el Real Zaragoza, donde se considera que Borja Iglesias es un futbolista señalado para determinados colegiados. Le pasó el sábado sin ir más lejos con Cuadra Fernández y sus asistentes. Uno de ellos le marcó de cerca en la primera parte, en la que pronto se le señaló un par de faltas en contra. Dos disputas de balón con la defensa tinerfeñista las solucionó el linier con la bandera arriba. Las decisiones supusieron los primeros momentos de contrariedad del delantero gallego, que terminaría desquiciado en los últimos momentos del encuentro. Fue en ese tramo, en el minuto 83, cuando vio la tarjeta amarilla que, en principio, le impediría jugar este viernes en Granada.

Primero habrá que esperar, no obstante, las decisiones de los comités. El Real Zaragoza presentará alegaciones a esa cartulina mostrada por el colegiado balear al observar falta del zaragocista en la disputa de un balón aéreo con Alberto, el central con el que mantuvo mil batallas a lo largo del encuentro, el mismo que le hizo el penalti, que no esquivó la batalla en ningún momento, que acabó el partido sin ver amonestación alguna.

«En el minuto 83 el jugador (9) Iglesias Quintas, Borja fue amonestado por el siguiente motivo: golpear con el brazo a un jugador contrario de forma temeraria en la disputa del balón». Esa fue la redacción del acta de Cuadra Fernández, que creyó ver un movimiento agresivo que desmienten las imágenes de televisión, en las que se aprecia un contacto del hombro derecho del jugador zaragocista con la cara del central del equipo canario.

No hay, desde luego, ningún gesto temerario en el salto de Borja Iglesias, por lo que se espera que el Comité de Competición o el de Apelación le retiren la cartulina y el delantero pueda estar este viernes en Los Cármenes con todos sus recursos.

Borja es el quinto futbolista al que más faltas le señalan en contra en Segunda (52), una cifra que llama la atención por su posición en el campo. Le saldría un promedio casi exacto de dos por encuentro si no fuera por las nueve con las que fue castigado frente al Tenerife. Por encima del zaragocista solo aparecen Seoane (62), Trejo (55), Borja Fernández (54) y Carlos Hernández (53).

Al otro lado, el atacante gallego también es uno de los destacados en el ranking de infracciones, donde aparece como el cuarto hombre más golpeado de la competición con 61 faltas recibidas. Le sale una media de casi tres por partido. El líder de esta clasificación, con diferencia, es Aleix Febas, otro de esos hombres al que varios colegiados le han cogido la matrícula. Le han hecho 73 faltas en los 1.501 minutos jugados, lo que supone que el volante zaragocista es detenido una vez cada 20 minutos.