Los circuitos urbanos tienen estas cosas, son caldo de cultivo para los coches de seguridad. El resto es cosa del talento de cada piloto, de los errores, de la suerte. En esa montaña rusa de sucesos y sensaciones en el trazado de Bakú, emergió Lewis Hamilton para anotarse la primera victoria de la temporada, gracias, sobre todo, a los coches de seguridad, a un pinchazo de Valteri Bottas cuando era líder, y a los errores de Sebastian Vettel en el momento decisivo de la carrera.

Ya la salida resultó algo caótica. Niko Hulkenberg se llevó por delante a Kimi Raikkonen, y Sergei Sirotkin a Fernando Alonso. Los dos campeones del mundo pudieron reparar parte de los daños en los boxes, pero perdieron muchas posiciones. «Llegué al pit lane de milagro, sin fondo plano, cambié las ruedas. Otros hubieran retirado el coche, pero nosotros luchamos cada décima, cada vuelta, rozando los muros, ha sido quizá la mejor carrera de mi vida», explicó el asturiano tras finalizar séptimo, otra vez en los puntos. Ahora mismo suma ya 28 y ocupa la sexta plaza en la clasificación del Mundial, que lidera Hamilton (70) por delante de Vettel, que tiene 66.

El alemán dominaba por delante de Bottas, Hamilton y los dos Red Bull, entre los que Daniel Ricciardo era más rápido que Max Verstappen. El australiano le adelantó en pista, pero a la vuelta de la parada en boxes, regresó por detrás. Y en el siguiente intento de adelantamiento, llegó el desastre para Red Bull.

No hace falta entrar en mucha materia, no es necesario recordar que el reglamento solo permite dos cambios de dirección en la defensa de una posición, y que prohibe expresamente hacer un cambio de dirección en la zona de frenada. Verstappen infringió las dos normas y un fin de semana más se vio envuelto en un problema.

SAINZ, 5º; ALONSO, 7º / El accidente de los Red Bull propició la entrada del coche de seguridad y Valteri Bottas, el único que no había parado hasta entonces, se benefició de la neutralización para hacer su parada y colocarse líder, ya que el resto de pilotos también se detuvieron para colocar el neumático más blando de cara a las últimas vueltas. Bottas, Vettel, Hamilton, Raikkonen, Pérez Sainz, Leclerc, Stroll, Alonso y Magnussen formaban el tren de los 10 primeros tras el coche de seguridad que se retiró para relanzar la carrera a falta de solo tres vueltas.

Y en el lanzamiento, Vettel se pasó de frenada en el intento de adelantar a Bottas y acabó rebasado por Lewis Hamilton, y casi por su compañero Kimi Raikkonen. Pero el tremendo plano que provocó en la frenada dejó sus ruedas cuadradas, hasta el punto de perder posición con Raikkonen y Sergio Pérez, y sin dejar de mirar por el retrovisor por donde aparecía el Renault de Carlos Sainz. Y cuando parecía que el doblete estaba servido para Mercedes, un pinchazo dejó fuera de combate a Bottas, para entregar el triunfo en bandeja a Hamilton.

La carrera loca dejó segundo a Raikkonen, y regaló un podio a Sergio Pérez con el que que soñó Carlos Sainz. «Ha sido una gran carrera. Había que ser muy agresivos al principio, me vi cerca del podio, pero bueno, hacer quinto con un coche con el que todavía no estoy 100 por 100 cómodo está muy bien», explicó el madrileño. «He disfrutado mucho peleando con los Red Bull en la primera parte de la carrera. Pero al final, aunque Vettel tuviera un plano, sigue siendo un Ferrari, y mi coche no iban bien con los ultras. Estoy contento con el quinto».

Hamilton, el ganador, también se mostró satisfecho, aunque reconoció la dosis de fortuna que había tenido en la recta final de una carrera en la que, sin incidencias, no hubiera podido vencer por su bajo ritmo con el Mercedes. «Valtteri mereció la victoria. Hizo un trabajo excepcional y pilotó sin errores. No fue así en mi caso», explicó. Feliz también estaba Sergio Pérez, por su podio, algo que ya consiguió hace dos ediciones en el mismo circuito de Bakú. «Hace dos años estuve en el podio aquí, creo que he hecho las dos mejores vueltas de mi carrera, las dos últimas con Sebastian detrás», señaló el mexicano de Force India.