Un total de 158 partidos en Segunda División acumula Raúl Agné, el último de ellos con el Zaragoza, el primero de su nueva etapa en un banquillo, su gran reto como entrenador tras haber pasado por el Girona, de largo el equipo al que más ha dirigido, el Recreativo, el Cádiz, al que entrenó solo en la categoría de bronce, y el Tenerife. Seriedad y exigencia son las palabras más repetidas por los jugadores que ha dirigido, que no niegan ese carácter fuerte del míster de Mequinenza, incluso algunos de ellos ni quieren hablar del que fue su entrenador, pero la mayoría destaca su personalidad, además de la claridad de sus conceptos futbolísticos. «No se come a nadie, es un entrenador exigente, que pide el 100%, que se ponga todo siempre», dice Dorca, uno de los que mejor lo conoce. «El futbolista ve que es exigente primero consigo mismo y después con los jugadores y eso es clave», añade Jesús Vázquez, mientras que Jorge López destaca que «es un técnico con las ideas muy claras y que sabe mucho de fútbol».

Agné llega al Girona en el 2007 en Segunda B y tras haber dirigido al Peralada y al Palamós en Tercera División. Eran sus primeros pasos en el banquillo y en ese Girona estaba el exzaragocista Dorca, ahora en el Elche desde el pasado verano. «Raúl es un entrenador muy serio, que sabe bien lo que quiere y es uno de los técnicos de los que más he aprendido. Hablas con él, opinas diferente, pero te acaba convenciendo, sabe mucho de fútbol», explica el centrocampista del conjunto ilicitano. El Girona de Agné subió a Segunda y el técnico de Mequinenza fue destituido en la 08-09 en la categoría de plata, para volver a Montilivi en el 2010. Y ahí aún seguía Dorca como jugador gerundense. «Fue madurando como entrenador en esos años que yo estuve con él, tanto en las ideas como en la metodología. Cuando llegó al Girona ya se veía claro que en él había un entrenador con futuro y que iba a dirigir muchos partidos».

GENTE CONCENTRADA / Dorca conserva una buena relación con el entrenador del Zaragoza. «Es un tío muy preparado», insiste. ¿Y el carácter? «Es serio y no hace bromas en el trabajo, también se verá así en las ruedas de prensa, pero es su forma de ser. Si no salen las cosas como él quiere, claro que lo muestra, pero las broncas que pega son siempre desde el respeto, nada inasumible, porque además somos profesionales. Siempre te recalca que quiere a la gente metida», asegura.

El jugador catalán conoce bien el Zaragoza, del que se marchó en el pasado verano tras dos temporadas (2014-2016) vistiendo la elástica blanquilla, y conoce bien a Agné, por lo que su opinión es muy cualificada. «En el estilo de juego se amolda a lo que tiene, a veces juega con dos puntas y otras no. Es un entrenador que sabe sacar rendimiento a lo que hay en la plantilla y que pide a sus equipos mucha intensidad, buscar la portería contraria, pero siempre con un buen engranaje defensivo. Con la plantilla que hay en el Zaragoza puede hacer muy buenas cosas. Estoy seguro que ese equipo irá a más con él. Segurísimo», sentencia.

Entre sus dos etapas en el banquillo del Girona, Agné dirigió al Recreativo en los últimos 28 partidos de la 09-10, en la categoría de plata. Allí estaba y está como capitán Jesús Vázquez, toda una institución desde hace tiempo en Huelva: «Es muy exigente, pero es que eso es parte obligada del éxito en el fútbol. Hay que serlo y, aún siéndolo, a veces las cosas no van bien. Transmite esa sensación de ser arisco, muy seco de puertas hacia fuera, hacia el exterior. En el vestuario no es que sea la alegría de la huerta y tiene un carácter fuerte. Pero es dialogante», dice el aún centrocampista del Recre a sus 36 años.

SU SISTEMA DE JUEGO / «Aquí apostó casi siempre por un 4-4-2, con doble pivote y dos puntas», incide, para recalcar que conserva también relación con el entrenador zaragocista pese al poco tiempo que estuvo en el Colombino. «Me alegré mucho de su fichaje por el Zaragoza. Ojalá le vaya muy bien. Recuerdo que siempre me contaba que fue un central contundente y guerrillero, de muchos partidos en Segunda B, de codazos, cabezazos y golpes. Te hablaba de batallitas de cómo se jugaba entonces, de que se iba con todo y que la nariz la tenía operada varias veces por eso, por las fracturas», concluye con una sonrisa.

Tras salir de Huelva estuvo en el Girona y allí media temporada, en la 11-12, dirigió a Juanlu Hens, un extremo que ahora milita en el Cartagena: «Es un míster que entiende el fútbol a la perfección y lee bien los partidos. Eso es lo que más destaco, estudia bien los rivales y cuida el detalle, lo que en Segunda es importante, porque es una categoría muy igualada», afirma Juanlu, que no se quiere olvidar de otra virtud: «Sus equipos son intensos y él insiste en el buen trato con el balón y casi todos los entrenamientos se hacen con balón. Eso el jugador lo agradece y se refleja después».

Para el interior cordobés, el nuevo técnico del Zaragoza es «muy profesional, de esos entrenadores que quieren tener todo controlado, pero no hablaría de un mal carácter, no recuerdo que con él viviera más broncas que con otros», recuerda, para terminar recalcando que, desde que él como jugador empezó en el Córdoba en la 01-02, Agné «es de los entrenadores con los que más he aprendido y solo lo tuve media temporada».

IDEAS CLARAS / El exzaragocista Jorge López terminó su carrera como futbolista en el Cádiz, en Segunda B, donde llegó a principios de febrero del 2014, cuando Agné ya llevaba más de un año en el banquillo de la tacita de plata. Cuarenta días después, el entrenador era destituido del conjunto andaluz. «Tengo muy buen concepto de él, a pesar de que estuve poco tiempo a sus órdenes. Es un entrenador con ideas claras, que le gusta el buen fútbol», asevera el riojano, que ahora dirige el Infantil B en el Valencia.

«No deja indiferente a nadie como persona. Tiene la apariencia de ser áspero, duro, también por su aspecto físico y puede llegar a intimidar al principio, pero cuando le conoces ves que es un técnico con las ideas muy claras, que sabe mucho de fútbol y que lo transmite bien», explica Jorge López, que a pesar de ese poco tiempo con Agné conserva una cierta relación con él: «En los últimos meses hemos hablado alguna vez. Les mandé a él y a su segundo, a Rodri, un whatsapp de felicitación cuando ficharon por el Zaragoza, me contestaron y sé que están ilusionados. Ojalá pueda hacer las cosas bien allí, es un club grande, con la necesidad de subir y, si lo logra, además de que sería magnífico para el equipo, supondría una catapulta para él. Es su gran reto, tiene mucho que ganar y poco que perder», incide el ahora entrenador en la cantera del Valencia.

Resta una etapa de Agné, en el Tenerife, donde llegó en la jornada 23 de la 14-15 para sustituir a Álvaro Cervera. Allí estaba Cristo Martín. «Su forma de entender el fútbol, de entrenar, es espectacular para los jugadores que les gusta tener el balón, como es mi caso. Tiene siempre la idea de atacar para que sus delanteros lleguen mucho a puerta», dice el excentrocampista de buena técnica en el Tenerife y ahora en el Cartagena. «He visto muy pocos entrenadores con esa forma de ver el fútbol y lo poco que le falta para triunfar es una pizca de suerte. Yo creo que en el Zaragoza lo va a lograr», profetiza el jugador tinerfeño, que no niega tampoco ese carácter fuerte de Agné. «Claro que echa broncas, y fuertes, porque vive el fútbol con intensidad, las 24 horas del día, con mucha pasión. Sus jugadores tienen que ser mentalmente fuertes, porque, o te saca lo mejor como futbolista o te hace mostrar lo peor». H