"Y en las malas (te queremos) mucho más". El juramento de los hinchas del River Plate cobró más sentido que nunca. La gente que sigue y sufre por el equipo de la banda roja lo lleva grabado a fuego, y el martes en su histórico debut en la Segunda División del fútbol argentino, el Nacional B, eran muchos los que gritaban, pese a la lluvia, acompañar al club, pase lo que pase.

¿Se imaginan el Bernabéu lleno hasta la bandera para ver debutar al Real Madrid en una categoría que no fuera la A? Exactamente eso es lo que sucedió el martes por la noche en el Estadio Monumental de la ciudad Buenos Aires. Con una diferencia importante: el fútbol en Argentina se vive como una religión. Y ahora al River, la institución que más títulos obtuvo en este país, le toca rezar para conseguir salir del infierno al que fue condenado el pasado 26 de junio, día en que se confirmó su descenso tras 110 años en la Primera. No le resultará fácil, a tenor del partido disputado con Chacarita Juniors.

Si bien, a los cinco minutos del comienzo, un cabezazo de Juan Manuel Díaz, tras centro de Carlos Sánchez, arrastró los fantasmas a las mallas del marco de los funebreros, los 85 minutos restantes fueron un adelanto de lo que le espera al River el resto de la temporada. En el Nacional B compiten equipos de todo el país, muchos apoyados económicamente por los gobiernos provinciales. Son equipos batalladores, a los que es difícil marcar y mucho más, remontar. El ataque de los millonarios siempre llevó peligro, pero a la hora de defender las carencias son obvias. En esta ocasión lo volvió a demostrar.

La que peor lo pasará será la afición del River. Los que mejor, sin duda, sus eternos rivales del Boca Juniors, que el lunes también, en la segunda fecha del Torneo Apertura, goleó 4-0 al Unión de Santa Fe. Provisionalmente, se coloca en lo alto de la tabla, más lejos aún si cabe de su vecino porteño. Los hinchas xeneizes disfrutaron de la fiesta ya en la previa del duelo. "Con las gallinas (nombre que hace referencia al River) no jugamos nunca más", fue uno de sus cánticos. El repertorio también incluyó: "El que no salta es de la B" y "Un minuto de silencio para River que está muerto". Incluso algunos portaban velas en señal de duelo. El aguacero que caía les animó a entonar "esta lluvia no quiere parar, son los de River que no paran de llorar". Lluvia como la que estuvo presente este martes en el Monumental, acrecentando la épica del sufrimiento en la grada, pero que no enfrió en ningún momento su calor.

La potencia y la constancia de los cánticos y los gritos de ánimo --antes, durante y después del partido-- impresionan. Una buena muestra de la esencia de la pasión argentina por el fútbol, llevada al límite, se refleja en un popular vídeo de YouTube que ha consagrado a un aficionado de River, el Tano Pasman, un padre de familia grabado por sus hijos durante el fatídico partido del descenso. Nostalgia del rival Pero la tragedia de River, paradójicamente, también es la de Boca. Al fin y al cabo, todo héroe necesita su némesis. ¿Qué sería del FC Barcelona sin un Real Madrid al otro lado del espejo?

La alegría de la hinchada boquense podría convertirse en frustración y aburrimiento de perdurar la situación en el tiempo. Pierde River, pierde Boca y, por supuesto, pierde el fútbol. Tanto es así, que la Federación argentina (AFA) quiso modificar el campeonato, mezclando las categorías A y B, eliminando los ascensos y descensos, para acelerar, de manera encubierta, el retorno de River y evitar también que otro equipo grande corra peligro de irse a pique. Pocos días después, ante el rechazo de hinchas y dirigentes, la AFA no tuvo más remedio que rectificar.

Al partido de este martes en el Monumental --un estadio enclavado en una exclusiva zona residencial, con casas unifamiliares y todoterrenos aparcados en las puertas-- sólo podían acceder los socios de River (en absoluto, millonarios). Era como si el duro trance que estaban a punto de vivir requiriese de una cierta intimidad. La familia nada más. No sin sufrimiento, el primer desafío de los 38 que deberá afrontar hasta el 9 de junio de 2012 se saldó positivamente. Con bictoria, sí, pero con B de RiBer.