Cuando el Real Zaragoza dio carpetazo al 2017, cerró un año natural horroroso en La Romareda, que fue un gigantesco sumidero de puntos, un hecho aún más grave estando en Segunda, una categoría impropia de la historia zaragocista. Era necesario un giro brutal a una tendencia que le llevó a amarrar solo un tercio de los puntos que puso en juego en casa en ese nefasto periodo anual. Lo ha logrado el Zaragoza. Incluso el cambio ha sido tan radical que ni los más optimistas lo podían prever. En este 2018, el Zaragoza suma siete triunfos, un empate y una derrota, 22 puntos de 27 (81,48%). La diferencia es más que notable, cerca de tres veces más que en el 2017.

El Zaragoza ha logrado convertir su feudo en un auténtico fortín. Comenzó el año todavía con alguna reminiscencia del 2017 con el empate en el diluvio ante el Barcelona B (1-1), en el partido que cerraba la primera vuelta, pero después llegó una racha de hasta cinco triunfos seguidos -Tenerife (1-0), Córdoba (1-0), Lugo (2-0), Oviedo (2-1) y Lorca (3-1)- que se frenó con la inesperada derrota ante el colista Sevilla Atlético (0-1), un accidente puntual del que el equipo de Natxo González se levantó con dos victorias, en el derbi frente al Huesca (1-0) y contra el Almería (2-1) el sábado.

TRISTE BALANCE / La historia no tiene que ver con lo vivido en el 2017, donde el balance liguero fue absolutamente demoledor, una auténtico suplicio para La Romareda, que vio en los 21 encuentros de Liga que se jugaron en el Municipal cómo se cerraba un tristísimo balance de cuatro triunfos, nueve empates y ocho derrotas. Es decir, firmó 21 puntos de 63 posibles (solo el 33,3% de los que disputó) en ese nefasto 2017 de local.

Esas cuatro victorias del año pasado fueron ante el Numancia (3-0), con Raúl Agné, con el Mallorca (1-0), con César Láinez, y, ya en el comienzo de la actual temporada con Natxo González, de nuevo contra el equipo soriano (3-0) y frente al Rayo Vallecano (3-2). De los nueve empates en el año pasado, cuatro llegaron en el tramo final de la 16-17, ante Lugo (1-1), Valladolid (1-1), Cádiz (1-1) y Rayo (1-1) y otros cinco en el comienzo del curso actual, contra Granada (1-1), Nástic (1-1), Osasuna (1-1), Cultural (0-0) y Reus (0-0).

Y tuvo que tragarse el aficionado zaragocista hasta ocho derrrotas en el 2017 en La Romareda, una auténtica barbaridad. Seis de ellas, además, en el desesperante tramo final de la 16-17, donde el Zaragoza coqueteó con el descenso a Segunda B. Vencieron en el feudo blanquillo el Girona (0-2), el Levante (0-1), el Nástic (1-2), el Sevilla Atlético (1-2), en el partido de despedida de Agné, el Getafe (1-2) y el Tenerife (1-2).

TRES PARTIDOS MÁS / Natxo González no logró, en el comienzo de la presente temporada, que La Romareda dejara de ser un enorme agujero de puntos, pero al menos sí consiguió que las victorias no se fueran con tanta facilidad. Solo ganaron el Alcorcón (0-1) y el Cádiz (0-2). Mientras, el balance de partidos oficiales en el Municipal en el 2017 se completa con tres duelos coperos, todos en el presente curso, con dos triunfos, ante Granada y Lugo, y la derrota contra el Valencia.

Con esa fortaleza casera en este 2018 el Zaragoza ha logrado que La Romareda sea un bastión fundamental de su reacción en busca de llegar al playoff, puestos que ahora mismo ya ocupa. Al conjunto zaragocista le quedan tres citas caseras, donde tiene que mantener el promedio de este 2018, aunque lo necesario sería que hiciera pleno de nueve puntos en los choques ante el Sporting, sin duda el partido más duro que le queda de local, el Albacete, que puede llegar a esa cita sin nada en juego, y el Valladolid, ahora rival por la promoción.

Si el Zaragoza es capaz de sumar otros tres triunfos más al amparo de su gente, en esta Romareda convertida en el 2018 en casi un fortín inexpugnable, aseguraría ya 67 puntos (lleva 58 ahora, tras 36 jornadas disputadas), pendiente de lo que pudiera sumar fuera (Reus, Cádiz y Barça B). Ahora mismo, con el promedio del sexto, la puntuación rondaría los 67-68 para acceder a los playoffs en esa sexta plaza.