No hacia falta más que ver la cara de Lewis Hamilton, sus monosílabos como respuesta, para saber que la pole position de su compañero, Nico Rosberg, le había sentado como un tiro. "No he hecho una buena vuelta", dijo en una de sus frases más largas. Le sobra con ser segundo en la carrera de hoy (14.00 horas, Antena 3), pero al campeón del 2008 le hierve la sangre, como en la diez veces anteriores en las que su compañero fue más rápido el sábado. Y Rosberg lo sabe, y lo intenta aprovechar. Sabe que su única oportunidad es cabrearle, forzarle a hacer una locura, como en la última carrera de Brasil. Sabe que los Williams, en especial el finlandés Valtteri Bottas, son su única esperanza si Hamilton no arranca bien.

"Como sabemos todos, necesito alguna ayuda para llevarme el título. Está muy difícil, pero estas cosas ocurren en este deporte". Y tiene razón. No siempre gana quien llega líder a la última carrera. De hecho, en nueve de las 24 ocasiones que ha ocurrido en la F-1, no ganó el líder. La última vez sucedió precisamente aquí, en Abu Dabi, cuatro años atrás, cuando Sebastian Vettel ganó el Mundial, sin haberlo liderado ni una sola vez. "Espero que los Williams tengan una oportunidad de intercalarse entre nosotros. Esta noche (por ayer) le pagaré un masaje y un spa a Valteri (Bottas) para que se levante como nuevo y haga una actuación genial, superando a Lewis (Hamilton)".

DISTINTOS PILOTAJES Si quería traspasarle la presión a Hamilton, lo ha conseguido, porque a Lewis no le gusta nada ser segundo, ni siquiera cuando le sirve para ser campeón. "No estoy acostumbrado a esa posición, pero lo importante es la carrera, sé que tengo un buen ritmo y puedo ganar, eso es lo que importa, ya veremos cómo lo hago". Hamilton es una bestia, tiene el don de la velocidad, pero es difícil recordarle una vuelta limpia en clasificación esta temporada. Su estilo de pilotaje es completamente diferente al de Rosberg. Mientras el alemán deja correr el coche en las curvas, las redondea más y es más suave con el freno y el gas, Hamilton apura mucho más la frenada, deja más muerto el coche, y acelera antes y de forma brusca.

Con estilos diferentes, ambos cometieron errores, bloqueos de frenos, se fueron largos en varias ocasiones... la presión hace mella, pero conducen un monoplaza tan brutal (desde 1969 con Cosworth, ningún motor lograba todas las poles del año), que aun así pueden sacar medio segundo a los Williams, con dos vueltas mucho mejores de Bottas y su colega Felipe Massa.

La salida de los Williams es la única esperanza de Rosberg. Nadie más les puede ayudar. Los Ferrari salen en la cuarta línea, lo que ocurre cuando Fernando Alonso tiene problemas.