El expresidente del Barcelona Sandro Rosell defendió ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz la legalidad de los contratos del fichaje de Neymar, por el que, según dijo, el club pagó 57,1 millones de euros. Rosell, que declaró como imputado por supuesta apropiación indebida durante unas tres horas, explicó al juez que él se limitó a firmar los contratos que le dieron los servicios jurídicos del club porque se fiaba de ellos. Rosell distinguió los 57,1 millones que costó el fichaje de los derechos económicos del jugador y del resto de dinero que se pagó por otros contratos con sustantividad propia.