Samu Sáiz, de 27 años de edad, se convirtió el año pasado en el traspaso más alto en la historia del Huesca. El Leeds United, de la Championship (Segunda División inglesa), pagó cerca de 3,5 millones por el mediapunta y, ahora, es considerado como uno de los mayores valores de un equipo histórico del fútbol inglés.

-Acaba de regresar tras cumplir una dura sanción por escupir a un adversario. Usted nunca ha sido un jugador sucio.

—Me equivoqué en esa acción. Escupí desde lejos, y le di en el pantalón. Fue un error muy grande por mi parte y asumo con total responsabilidad aquello. Me cayeron seis partidos de sanción porque en Inglaterra se cuida mucho la imagen del deporte. Hay miles de personas viendo el partido, además de muchísimos niños, por lo que los jugadores debemos de comportarnos bien sobre el césped y fuera de él.

-La afición del Leeds se revolucionó cuando le vio de nuevo en vestido de corto en el campo.

-Jugábamos contra el Derby County y volvía con el equipo tras dos meses sancionado. Cuando el público me vio se puso en pie y coreó mi nombre. Se me pusieron los pelos de punta porque te demuestran todo el cariño que te tienen, es algo impagable.

-A los aficionados les gusta mucho su estilo de juego. Tienen auténtica devoción por usted.

-Mi fútbol gusta mucho en Inglaterra porque es un tanto exótico. Desde el primer momento corría por el campo, me iba de uno y de dos rivales, y esto a la gente le encanta. Aquí la mayoría de jugadores son muy grandes y yo soy el clásico bajito habilidoso.

-Hay niños que llevan su nombre en la camiseta. Hay bufandas, tazas y hasta chapas de Samu Sáiz. ¿Es usted un ídolo ahí?

-Al principio te impacta mucho, sobre todo cuando vienen familiares y amigos es diferente. Cuando van a la tienda o a un tenderete ven todo el material y alucinan. Sienten mucha emoción porque ven mi foto y mi nombre por todos los lados. Es difícil de asimilar cuando lo ves porque, al fin y al cabo, solo somos jugadores. Dentro de unos años no se acordará casi nadie de nosotros. Por eso tenemos que disfrutar del momento y agradecer a todas aquellas personas que me han ayudado a llegar hasta aquí.

-Juega en Elland Road y hay siempre 32.000 personas en la grada. ¿Qué siente el futbolista?

-La primera vez que lo ves te choca, porque estás acostumbrado a algo diferente. A cualquier futbolista le encanta jugar con esta atmósfera. Sabes que van a verte y a disfrutar del partido. Yo me lo paso como un enano cada vez que jugamos en casa.

-¿Dónde se lo ha pasado mejor: en la Segunda española o en la Championship?

-Si soy sincero me gusta mucho más el juego de Inglaterra. Es todo más bonito. Se respira un ambiente indescriptible. Todos los estadios están llenos, la gente vive cada partido con una pasión que se traslada al césped. Pero no solo durante los 90 minutos; en la previa al partido y en el pospartido también siguen animando. Es parte de la sociedad.

-Desde fuera da la sensación de que no ha tenido ninguna dificultad para adaptarse al contexto inglés.

-La gente dice que el cambio de Liga y de país suele pasar factura al principio, pero no he notado ninguna dificultad. Al final esto es fútbol. Yo me considero un jugador que con espacios puede ser peligroso y aquí disfruto de mucho terreno. Es cierto que es un fútbol más físico, de ida y vuelta. Te exige un esfuerzo físico y mental muy fuerte, porque puedes ir ganando 2-0 y el partido no está cerrado, todo puede pasar. Pero aquí todo es más puro. Me lo paso muy bien.

-¿Se siente usted un futbolista realizado?

-Estoy viviendo el lado más romántico del fútbol. Me ha costado mucho llegar a ser futbolista profesional, he pasado por momentos muy duros. Hace unos años estaba en Segunda B y jamás pude pensar en vivir este sueño.

-En el fútbol anglosajón parece que todo fluye más, que tienen más cancha para trabajar.

-Aquí las derrotas se viven diferente. En España todo parece que dura más. Si no ganas ese resultado te persigue durante toda la semana, aquí es diferente. Se deja trabajar y se confía mucho más en los profesionales. Además, al haber más partidos entre semana que en España hay menos tiempo para pensar en un mal resultado. Se piensa más en el próximo encuentro que en el anterior.

-¿Qué motivos le llevaron hacer las maletas hacia Inglaterra?

-En España se escuchaba que tenía ofertas de equipos de Primera División. Yo había hablado hace tiempo con el Leeds para conocer su propuesta. Viajé con mi mujer a la ciudad para visitarla y nos gustó mucho. Es verdad que sobre el papel es la misma categoría, Segunda División, pero el Leeds United es otra dimensión. Hay equipos de la Primera española que no llegan al nivel que tenemos en este club. Aquí se respira fútbol, es diferente.

-¿Por qué es diferente?

-Si eres de Leeds eres del United. Tu ídolo no es Cristiano Ronaldo, será un jugador de nuestro equipo. Aquí van grupos de señoras mayores al fútbol como un plan que llevan haciendo durante muchísimos años. Además, aquí la gente es aficionada al fútbol en general. No solo de su equipo. Parece algo que va junto al fútbol, pero no es así.

-¿Bajo qué propósito firmó su contrato con ‘the whites’?

-Tenemos la idea de que en uno o dos años subiremos a la Premier League. Al fin y al cabo yo quiero jugar ahí, en la Liga más fuerte del mundo, y me encantaría hacerlo con el Leeds. La ciudad podría colapsar si logramos el ascenso, es algo que la gente lo tiene siempre en mente. Están siempre preguntándose cuándo lo conseguiremos. Sería precioso poder celebrarlo.

-¿Qué diferencias encuentra entre su fútbol de El Alcoraz y en el Elland Road?

-Pues quizás no haya tantas diferencias. Con Anquela jugábamos mucho al contrataque, con un equipo junto y compacto. Luego salíamos como balas con Vadillo, Alexander o Ferreiro. Éramos muy rápidos y, quizás, eso se asemeja mucho a lo que hacemos en Leeds. Nuestro míster, Paul Heckingbottom, nos pide eso. Que estemos ordenados y aprovechemos nuestra electricidad arriba para crear peligro.

-¿Cómo recuerda aquellas dos campañas en el Huesca?

-De Huesca tengo muy buenos recuerdos y mucho cariño al club y a toda su gente. Recuerdo que en el segundo año hacíamos un buen fútbol. En casa ganábamos muchos partidos con solvencia, algo muy complicado en la actual Segunda División. Lo pasé realmente bien, siempre se portaron muy bien conmigo.

-¿Cuál es el momento más bonito que se llevó de Huesca?

-Sin duda el día del Levante. Aquel partido fue una liberación. Hicimos una recta final donde luchábamos cada partido por un sueño; casi nadie nos veía capaces y lo conseguimos. En invierno nos daban por muertos, pero logramos meternos. Anquela quería amarrar la permanencia, pero en el vestuario hablábamos de que sabíamos que podíamos hacer algo chulo. La pena fue el partido contra el Getafe. Pudimos haber peleado mucho más el playoff.

-¿Tiene la sensación de que pudieron haber puesto muchas más dificultades al Getafe?

-En la ida ellos se emplearon al máximo. Hicieron muchas faltas y no les sacaban tarjetas. La pena fue que no nos pusiéramos por delante, porque si llegamos a marcar un gol en la primera parte hubiera cambiado la eliminatoria. Ellos se hubiesen abierto y hubiéramos podido meterles mano. Ahora los ves en Primera jugando bien, es un reflejo del equipo al que nos medimos. Aquella eliminación puso la semilla del actual Huesca.

-¿Qué jugador del Huesca se llevaría al Leeds United?

-Me gustaría al Cucho Hernández, pero juega en mi posición y no quiero que me quite el puesto. Creo que Akapo también serviría para la Championship o Gonzalo Melero, un futbolista box to box que es muy inglés y encima va muy bien de cabeza. Creo que todos ellos encajarían aquí, pero Akapo quizás tendría más éxito.

-¿Le gustaría estar viviendo el año del Huesca?

-Creo que di todo lo que pude ofrecer en el Huesca. Necesitaba dar un paso en mi carrera y deseo que el Huesca logre este año el ascenso a Primera.