El Getafe jugará la final de la Copa del Rey tras ridiculizar al Barcelona, que desperdició tres goles de ventaja del partido de ida para ser arrasado por el conjunto dirigido por Bernd Schuster. El cuadro madrileño, además, tiene prácticamente asegurado un puesto en la Copa de la UEFA la próxima temporada independientemente del resultado de la final puesto que el Sevilla, su rival, tiene muchas opciones de jugar la Liga de Campeones.

Cuando todavía no se había sentado todo el público, Daniel Güiza no acertó a batir a Jorquera cuando estaba solo delante de la portería. No se había cumplido el primer minuto y el conjunto azulgrana ya había recibido el primer susto. No fue casual la primera oportunidad local. Los hombres de Bernd Schuster salieron mentalizados para arrinconar al Barcelona, que en los primeros 45 minutos no salió de su terreno de juego. El centro del campo blaugrana fue absorbido por el gran trabajo del suizo Fabio Celestini y Javier Casquero, inmensos durante el primer acto.

El carrusel de oportunidades se sucedió en la portería de Albert Jorquera, que llegó a ver cómo la pelota se paseó en el primer periodo hasta ocho veces cerca de los tres palos. Las más claras estuvieron en las botas de Güiza y Verpakovskis, pero ambos no tuvieron la fortuna de mandar el balón a la red. Pero el Getafe no se amilanó. Pese a no culminar sus ocasiones, nunca se desesperó y usó la paciencia como un arma mortal. Mientras, el conjunto de Rijkaard confiaba en la amplia renta obtenida en el Camp Nou y estaba dormido, esperando el pitido final para viajar el 23 de junio a la final.

Entonces apareció Casquero para abrir la lata catalana. El toledano ya había avisado en las últimas jornadas. Su disparo desde fuera del área es temible. Corría el minuto 38 cuando agarró un chutazo que botó delante de Jorquera, que no pudo impedir que subiera el primer tanto al marcador. La afición del Getafe se convirtió en el jugador número doce y Güiza, antes del descanso, anotó el segundo. El Barcelona se fue al vestuario sin disparar a la portería de Luis García y con la cabeza gacha.

ACOSADOS La reanudación no llegó con una tregua para la escuadra de Frank Rijkaard. El Getafe todavía tenía gasolina y siguió acosando la meta defendida por Jorquera. Sin embargo, y como al principio de la primera parte, el conjunto azulón no materializaba sus ocasiones. Güiza pudo marcar el tercero, pero el arquero azulgrana paró milagrosamente un cabezazo a bocajarro del jerezano.

El técnico holandés intentó arreglar el desaguisado con el islandés Eidur Gudjohnsen y el argentino Javier Saviola, pero no era la noche. Todo estaba en contra del Barcelona y todo a favor del Getafe. La suerte estaba echada para los catalanes. Solo había que esperar la puntilla. Y ésta llegó en la cabeza de Vivar Dorado. Una falta botada por el rumano Cosmin Contra acabó en la cabeza del veterano futbolista, que mandó la pelota a la red y puso el delirio en la grada. La remontada se había culminado. Sin tiempo para despertar de la pesadilla, Albert Jorquera recogió el cuarto de la red. Güiza fusiló la meta barcelonista y el delirio se transformó el locura. El público llevó en volandas a su equipo hasta el final del encuentro.