Sergio Scariolo reunió a los jugadores apenas un par de horas después de que España sufriera ante Eslovenia una de las peores derrotas de la última década en la semifinal del Eurobasket (72-92) y lanzó un mensaje que parece haber calado en el vestuario. «Tenemos que aceptar la derrota, revisar los errores y preparar el próximo partido para conseguir la medalla de bronce», les dijo el técnico. «Es un poco frustrante, pero debemos asimilar la derrota con humildad y recordar que aún podemos lograr la medalla», coincide también el referente del grupo, Pau Gasol.

No hay excusas y sí autocrítica en la selección, que ha mandado en los últimos tiempos en Europa con mano de hierro y ha levantado tres de los últimos cuatro Europeos (2015, 2011, 2009) razón por la que resulta aún más dolorosa la caída y difícil de digerir el golpe vivido. «Las cosas no han ido bien. Lo intentas, lo intentas y a veces no funciona. Para nosotros es una gran derrota porque deseábamos mucho estar en la final», confesó Sergio Rodríguez. España se había acostumbrado al éxito. Algunos de esos títulos los habían conseguido, además, pasando el rodillo, como en Lille hace dos años, con Pau Gasol exhibiéndose ante Francia con 40 puntos en las semifinales. El golpe de Eslovenia sitúa la selección en una nueva realidad.

El bronce por el que peleará mañana (16.00) en Estambul contra Rusia, que cayó contra Serbia (79-87). Eslovenia-Serbia, la final. Será en la ciudad donde la generación de Pau Gasol y Navarro empezó a caminar con paso arrollador hace 16 años, en el Europeo del 2001. El capitán del Barça ya ha anunciado su adiós a la selección. También lo ha insinuado Reyes y falta por ver si lo hará Pau, que vive el día a día. «Hay que valorar el momento y la oportunidad que tenemos de ganar una nueva medalla, que es muy difícil», intenta animar Pau.

EL RIVAL / Eslovenia fue superior. Dragic, base de los Miami Heat y Luka Doncic, el nuevo talento del Madrid de 18 años, han convertido en una potencia a Eslovenia, tan llena siempre de talento como falta de carácter. Nadie ha podido pararles porque ambos son capaces de generar juego, amenazar con el triple, penetrar o doblar el pase, desconectando cualquier defensa. Dragic sumó frente a España 15 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. Doncic, candidato a nº 1 del próximo draft de la NBA, se acercó al triple doble: 11 puntos, 12 rebotes, 8 asistencias, algo que nadie consigue desde Toni Kukoc en 1995. No es el único nombre de leyenda al que se asocia a Wonder Boy (el chico maravilla), como se le conoce. También, por genio y precocidad, a los de Petrovic o Sabonis. En Estambul, donde está firmando actuaciones impensables para su edad, Doncic ha dado un paso más al estrellato. Francia, Grecia y Letonia lo sufrieron. España ha sido una víctima más.

Enganchados a sus dos estrellas, Eslovenia ha desplegado en el campeonato un baloncesto eléctrico, aplicándose con una velocidad más que sus rivales, con una intensidad física notable y una voracidad competitiva sin límites. El plan de su seleccionador, Igor Kokoskov, técnico ayudante en los Jazz, donde tendrá a sus órdenes a Ricky Rubio, está bien diseñado y ha sido mejor ejecutado por sus hombres, que mostraron una puntería letal. Siete de los nueve jugadores eslovenos que utilizó sumaron algún triple. Y Randolph (3 de 3), Dragic (3 de 5), Prepelic (3 de 4) con un acierto espectacular. «Es el partido de nuestras vidas», asegura Doncic. Todavía no me lo creo. Fue sensacional. Ganar a España de tanto es histórico».

Así, el peso de los hermanos Gasol, que habían sostenido a España, desapareció en la semifinal. No fueron un factor de desequilibrio en la zona, desconectados por la defensa eslovena, que les cerró espacios con un juego muy físico, de muchas ayudas y de control de las línea de pases. Y tampoco encontraron la ayuda de los exteriores porque la selección ha acudido al campeonato sin tiradores fiables. San Emeterio, Sastre, Juancho, Ricky Rubio o Sergio Rodríguez pueden anotar, pero les cuesta crearse su propio tiro en movimiento. Las bajas de Llull, Abrines y Rudy han sido importantes.