-¿Cómo ha sido su salida?

Yo dimití el viernes. Me convencieron para seguir y seguí convencido. El lunes me cesaron. No hay mucho más. Soy muy autocrítico y llegó un momento en el que pensé que a lo mejor era yo el problema y dije, pues si soy yo, deja de haber problema. Porque a veces buscamos soluciones, tocamos teclas, y no funciona, no funciona como crees que debería funcionar. Decidí apartarme y me convencieron de que no lo hiciera. Y me convencieron en serio, me hicieron ver que era parte del problema pero no el problema. Y decidí seguir convencido. El lunes se me cesó.

-¿Por qué tomó esa decisión?

La situación puntual estaba donde probablemente esperábamos estar pero la inercia no era buena, de hecho creo que era mala. Hice este análisis porque mi gran pregunta siempre es cómo vas a ayudar, qué vas a hacer para ayudar ahora. En ese momento pensé que lo mejor que podía hacer era dar un paso al lado. Porque el proyecto está por encima de Jota. Y el proyecto de Zaragoza me sigue pareciendo interesantísimo. A lo mejor asumí una responsabilidad que no me correspondía en su totalidad pero que creía que podía ser, no sé si una espoleta, para que las cosas pudieran funcionar.

-¿Qué pasó el viernes?

Que no me gusta. Lo que veo, no me gusta.

-¿A qué se refiere?

A que lo que veo en mi equipo no me gusta, no voy a entrar en más detalles.

-¿Entiende que se rechace su dimisión y luego se le cese?

Es muy difícil. Pero es una pregunta que no es para mí.

-¿Qué argumentos le dieron para el despido?

Hay que cambiar la dinámica del equipo y eso es real. Llegamos a un acuerdo para que se cambie esa dinámica, no hay más.

-¿Había pensado en marcharse otras veces?

Tuve un momento duro en el partido de Valencia. Pero no me había planteado hacerlo, fue una acumulación de situaciones.

-¿Se ha sentido respaldado por el club?

-Sí, sí. Me he sentido respaldado en todo momento. Me he sentido querido por el presidente, por el director general y el director deportivo, por mi cuerpo técnico. En eso no he tenido ningún problema. No he sentido que me estuvieran apretando ni ha habido un ultimátum ni nada por el estilo. Lógicamente había una preocupación por cómo iban las cosas, pero siempre he sentido el apoyo. Hay un momento en el que me planteo que el problema puedo ser yo. No pasa nada, las cosas a veces funcionan y a veces, no.

-¿Cómo ha sido su trabajo y relación con Salva Guardia?

Buena, normalizada como la relación de cualquier entrenador con cualquier director deportivo. No ha habido más problemas que los debates en determinadas cosas, debates normales. Compartes ideas, a veces coinciden y a veces no y hay que llegar a acuerdos para intentar sacar las cosas adelante.

-¿Se ha sentido respaldado por la plantilla?

Sí, en ningún momento me he sentido atacado por ellos. Las cosas no han salido y ya está. Lo achaco más a los nervios que hemos vivido que a pensar que alguien me ha puesto la zancadilla. Si lo hubiese creído o me hubiese ido al sentirlo o me lo hubiese cargado. No he sentido que intencionadamente hicieran nada. Si alguien lo está haciendo, lo desconozco y deberían ser ellos quienes respondieran. Pero vamos, que yo no lo he sentido así.

-¿No ha tenido ningún problema con los jugadores?

Creo que no, más allá del hecho de que pueda estar más o menos contento con el rendimiento que estábamos teniendo.

-¿Por qué algunos no están rindiendo a su nivel?

Hay estados de ánimo complicados y luego la dinámica no ayuda. Cuando el estado de ánimo es bajo el rendimiento suele disminuir. Y yo entro en ese saco porque soy responsable de eso. El día a día no te responde como tú quieres y los resultados no llegan. Es un círculo vicioso. Te metes en esa situación de intentar ver qué estás haciendo mal, te intentas esforzar pero no es suficiente y las cosas siguen sin salir. Ya está, no le doy más vueltas.

-¿Cree que su mensaje no ha llegado bien a la plantilla?

Entiendo que en las situaciones de nervios hay una frase de Xesco Espar que dice que cuando la fuerza de voluntad se acaba, y tiene un límite, el ser humano descansa en el hábito. Sea cual sea el hábito. En los momentos de mucha tensión cada uno vuelve a su hábito. No siento que hayan hecho algo intencionado para echarme a un lado porque entonces me hubiera ido mucho antes. Es un tema de que en esos momentos de tensión la mente se nubla. Creo que fue contra Murcia, que pedimos algo, no se hace, el balón acaba en la banda izquierda y van tres jugadores y se quedan en un metro cuadrado. Claro, perdemos el balón. ¿Lo han hecho a posta? Claro que no, es la tensión de decir, tenemos que coger este balón y hacer algo con él. Para mí pensaba buf no sé cuántas veces vamos a ver esto en profesionales. Pues lo hemos visto porque era un balón para ganar, nos estábamos jugando mucho y había mucha tensión. Se te queda la cara de decir, madre mía cómo estamos. Empezando por mí, porque yo soy el responsable de que ocurra eso. Me hubiese gustado vivir un estado emocional que les hubiese permitido no llegar a esas situaciones.

-¿Qué cambia en el equipo desde que encadena las cuatro victorias seguidas?

Para mí, claramente, hay un hecho que no depende de nosotros que lo cambia todo, que es el fichaje de Sergi García por Valencia. Lo de Sergi no solo toca tácticamente al equipo, lo toca relacionalmente. Y no hemos sabido todavía sobreponernos a eso.

-¿Qué errores se atribuye usted?

He fallado en no conseguir la regularidad de la plantilla, no solo a lo largo del tiempo sino incluso dentro de los partidos. Creo que el principal error nuestro es no haber sido regulares. En todos nuestros partidos ha habido momentos buenos de baloncesto y momentos muy malos. Y no he conseguido minimizar los malos y potenciar los buenos. En eso he fallado, está claro. El gran problema que hemos tenido viene de ahí porque salvo en algún partido como el de Valencia que ni siquiera aparecimos, en casi todos hemos tenido momentos de baloncesto. Pero los momentos malos eran demasiados como para poder optar a la victoria de verdad.

-¿Se arrepiente de algo?

Aprendí hace tiempo, me lo enseñó Pepu, que nunca sabrás el resultado de haber hecho algo distinto. Tomas una decisión y sacas un resultado, ganas o pierdes, y lo analizas. La realidad es que nunca sabremos qué habría ocurrido de haber hecho lo contrario. Pensamos tomando la decisión A he perdido, si hubiera tomado la decisión B, hubiera ganado. Pues no se sabe, a lo mejor hubieras perdido por más. Como no sé lo que hubiera pasado, asumo la responsabilidad y tiro para delante.

-¿Comparte el análisis que hizo Salva Guardia de que su baloncesto no ha terminado de llegar a los jugadores?

Eso no lo quiero valorar.

-¿Y sobre los problemas defensivos y la falta de alternativas en ataque?

Tampoco, no quiero valorar esto. No quiero entrar.

-¿Pidió algún refuerzo o se valoró esa posibilidad?

Sí, se habla pero la situación económica del club es la que es y no tenemos margen de maniobra. Desde el principio, y ya lo había dicho, los que estamos somos los que somos, no había más. Sabíamos que estábamos teniendo deficiencias pero la situación económica es la que es y no podíamos ir a otras alternativas. Lo que había que hacer había que hacerlo con lo que teníamos.

-¿Cree que hay plantilla suficiente para lograr el objetivo?

Sí, probablemente haya plantilla para luchar por salir de esa quema. Estamos en esa guerra. Ahora todo se ve negativo porque tienes a los de puestos de descenso a una victoria y el que está por encima está a otra victoria... estás en esa guerra. Si estamos ahí es porque tenemos capacidad para estar ahí. ¿Tenemos capacidad para mucho más? Pues no lo sé. Para estar en esa guerra es evidente que sí. Pero ahora estamos en dinámica negativa y lo que hay que hacer es romperla. Si se enganchan dos o tres victorias consecutivas la dinámica cambia y se ve todo de otra manera.

-¿Por qué Michalak destaca en pretemporada y ahora no tiene sitio?

Michalak juega en pretemporada porque no estaban ni Neal ni Blums, entonces tiene que jugar porque no tenemos más, íbamos con los júniors a los partidos. Pero cuando llegan estos dos son jugadores más importantes inicialmente que él y él sufre un periodo de adaptación. A partir de ahí él no ha sabido adaptarse a ese ritmo o yo no he sabido hacer que se adapte, porque yo también tengo mi parte de responsabilidad. El ritmo de la Liga regular de la ACB no tiene nada que ver con el de la pretemporada. A veces jugadores que destacan en pretemporada luego cuando llega la hora de la verdad no están tan preparados como creíamos. Él es nuevo en la Liga, además, necesita un periodo de adaptación y en ese periodo se encuentra con dos jugadores que le tapan el camino, entonces no es lo mismo demostrar lo que tienes en 25 minutos que hacerlo en 10 o 15. En ese sentido él necesita estar más tranquilo cuando está en la pista para ejecutar aquello que sabe.

-¿Por qué ha bajado tanto el rendimiento de Blums?

Es un tirador y como todos los tiradores hay días que hace 6/8 y otros 0/8, ya está. Son rachas. Lo que pasa es que si esto ocurre en dinámica positiva, con el equipo ganando, no le das más importancia, pero con el equipo perdiendo necesitas que todo el mundo sume y cuando alguien falla muchas pues te castiga en exceso. ¿Por qué se da? Son lo que llamamos las rachas del tirador. Los tiradores no meten todo lo que tiran. Y en los últimos partidos es evidente que no está anotando con la asiduidad que a mí me hubiese gustado. Pero no le culpo de nada.

-¿Varnado tiene algún problema? Da la impresión de que se cansa muy pronto en la pista.

No lo sé, hemos hablado mucho de esto no solo con él sino con el cuerpo técnico, y no sólo él, también otros jugadores. Lo desconozco, no sé qué ha ocurrido para que estemos en ese estado. Si lo hubiera sabido seguramente no estaríamos hablando de mi salida sino de otra situación.

-¿Costó integrar a McCalebb?

Se ha integrado bien, pero es distinto a Sergi. Sergi tenía una ascendencia muy grande sobre el grupo. En la cancha y fuera de ella. Bo tiene una ascendencia distinta y cuando Sergi se marcha hay cosas que reconstruir que nos han hecho daño. Bo construye una serie de cosas pero no reconstruye las que perdimos con Sergi. Pero no por un tema de que no quiera, sino porque son personas distintas y las relaciones son distintas.

-¿Se va más dolido con el club que con la plantilla?

No me voy dolido con nadie. No tengo nada que recriminar a nadie. Me he sentido muy querido y muy cercano por todos los que forman parte de este proyecto. Mi gran pena es no ser capaz de finalizar este proyecto con éxito hasta el final. Tenía dos años más uno pero si iba bien no iba a terminar ahí porque lo que se me presentó era muy chulo. Sabíamos que los inicios iban a ser jodidos, pero no hay excusas. Porque el posible descenso pone en riesgo todo y es cuando digo, no quiero poner en riesgo nada.

-¿Qué le parecen las muestras de cariño que ha recibido?

Es una pasada, no puedo expresarlo. Es una auténtica delicia poder vivir algo así en un mundo en el que la crítica es constante. Haber recibido el cariño que he recibido de esta afición es algo que me llena y me queda muy dentro. Es lo que más me llevo de esta experiencia.