Silvia Meseguer, jugadora aragonesa de la selección absoluta de fútbol femenino, guarda la misma postura que todas sus compañeras respecto a la polémica relacionada con el seleccionador Ignacio Quereda: "Si no se marcha, ninguna de las que firmamos el documento pensamos ir a la próxima convocatoria que tenemos en septiembre". La internacional también aclara que "no se trata solamente de una cuestión deportiva, sino que hablamos de una situación que se viene repitiendo desde hace tiempo".

Una de las principales quejas de las jugadoras españolas es que se sienten demasiado aisladas. "No estamos nada de acuerdo sobre cómo se está llevando la selección. El único nexo que teníamos nosotras con la Federación era Quereda. Ppor lo tanto, ésta desconocía todo lo que sucedía en el interior de la plantilla", explica Silvia.

Tras toda la atención informativa recibida por la disputa del Mundial de Canadá, la plantilla nacional decidió que era el momento para manifestar su malestar, ya que nunca habían tenido la oportunidad de expresar sus quejas tanto en público como a instancias superiores. "No habíamos tenido antes una oportunidad como esta para manifestar nuestra posición". A raíz de este acontecimiento, Silvia Meseguer confía en que la Federación tome alguna decisión: "En cuanto la Federación se hizo eco y se enteró, está intentando buscar una solución al problema".

Además, no es la primera vez que el técnico nacional se enfrenta a una situación de este calado. En 1996, varias integrantes de la selección española presentaron una carta en la que pedían la salida de Quereda por motivos similares. Las que la firmaron no volvieron a ser convocadas, por eso muchas jugadoras actuales tenían miedo de denunciar la situación y no poder volver a vestir La Roja en toda su carrera deportiva.

UN TRATO DIFERENTE

Respecto a los rumores de una actitud machista de Quereda, Silvia afirma que ellas no quieren entrar en algo personal, sino que "nos quejamos de que no sabe llevar a un grupo de personas". Todo esto se plasmaba en el diferente trato que recibían las jugadoras y las suplentes: "En un equipo como este hay mucha más gente y hay que intentar hacer partícipes del proyecto a todas las integrantes. Es cierto que es muy difícil mantener a todo el mundo contento, pero a las suplentes las trataba como si no estuvieran. En los partidillos que jugábamos en los entrenamientos, ni les corregía ni les decía absolutamente nada. Solo se dirigía a las titulares y a las demás apenas les prestaba atención".

A pesar de las quejas mostradas por todas las internacionales españolas, Ignacio Quereda declaró en público que pensaba seguir al mando y que no se iba a mover. La actitud del seleccionador no ha hecho más que tensar la cuerda de la relación que mantiene con sus pupilas. "Cuando firmamos el comunicado, él nos dijo que iba a seguir haciendo lo mismo y que si no nos gustaba, que nos fuéramos de la selección". Además, la propia Silvia admite que "es triste escuchar esas declaraciones, porque está muy claro que la planificación no ha sido la mejor".

Las 23 jugadoras que firmaron el comunicado están pendientes de una respuesta de Ángel María Villar y de la Federación. Silvia y sus compañeras parecen tenerlo todo totalmente pensado: "Espero que él no siga siendo el seleccionador. Si no es así, ninguna de nosotras pensamos volver".