Jorge Pombo tiene complicado el poder volver a jugar antes de que acabe el año. El canterano del Real Zaragoza conoció en la mañana de ayer el alcance de la lesión que sufrió este martes durante el entrenamiento realizado en La Romareda. Los servicios médicos del club hicieron oficial que el futbolista zaragozano sufre una elongación en ligamento lateral izquierdo de la rodilla izquierda, por lo que no solo se perderá el encuentro de mañana ante el Cádiz, sino que tendrá muy complicado llegar al resto de partidos que quedan por disputarse en el 2017.

La lesión se produjo durante la sesión a puerta abierta que tuvo lugar en el feudo zaragozano. Todo se originó mientras Pombo disputaba un rondo junto a sus compañeros. El jugador aragonés notó unas molestias después de realizar un mal giro al intentar interceptar un pase. Pese a las dolencias siguió ejercitándose hasta que el entrenamiento llegó la fase de disparos a puerta y optó por retirarse por precaución junto al fisioterapeuta Míchel Román. Las sensaciones invitaban a creer que la lesión no revestía de gravedad, que solo causaría baja para la contienda de mañana ante el Cádiz, pero el alcance fue mayor del esperado.

El futbolista zaragozano fue sometido ayer a una resonancia magnética y el diagnóstico arrojó que sufre una elongación en el ligamento lateral izquierdo de su rodilla izquierda. Una lesión que requiere de un plazo estimado de tres semanas para finalizar la recuperación. De cumplirse con las previsiones establecidas, Jorge Pombo no volvería a jugar en el presente año, sobre todo atendiendo a que el último partido que disputará el Real Zaragoza en 2017 será el martes 19 de diciembre ante el Valladolid.

La evolución de Jorge Pombo dictaminará los plazos de su recuperación, aunque lo más probable es que no esté listo para la cita en el estadio vallisoletano de Pucela, ya que la fecha resulta muy cercana para pensar en una prematura recuperación.

Parón deportivo

Esta circunstancia frena la dinámica deportiva de Jorge Pombo, un jugador que ha experimentado una trayectoria irregular durante esta presente campaña. El propio Natxo González aseveró que el canterano es «un cero o un diez», fruto de sus actuaciones desiguales: «Posee un potencial que no sabe ni él mismo», explicó, ya que su alta capacidad futbolística no se ve plasmada con regularidad sobre el terreno de juego.

Inició el curso desde el once titular, llamado a ser uno de los jugadores de mayor peso en el ataque. Sobre todo atendiendo al tramo final que protagonizó durante el curso pasado, donde su irrupción brindó algo de color a un equipo alicaído y en blanco y negro. Su prometedora línea ascendente apenas se ha podido apreciar, de hecho protagonizó actuaciones discretas durante los primeros partidos de temporada y acabó siendo relegado al banquillo. Quedó pendiente de agradar a Natxo González en los entrenamientos y en las oportunidades que dispusiera.

Aquel gol que le brindó el triunfo al Real Zaragoza frente al Rayo Vallecano produjo un destello de esperanza en cuanto a su rendimiento. Parecía que el canterano zaragocista había logrado el ansiado punto de inflexión para cimentar su escalada hacia las sensaciones que prometía. Al final, el efecto se terminó desvaneció de forma paulatina con el paso de los encuentros.

Jorge Pombo dispondrá de más de media temporada para seguir ejercitándose, tratando de pulir sus aptitudes deportivas bajo el objetivo de encontrar la ansiada continuidad en su juego. El propio Natxo González aseveró en rueda de prensa que depende de él poder acabar teniendo un papel destacado en la dinámica del Real Zaragoza. Por el momento, deberá mimar su condición física para recuperarse de su lesión en la rodilla izquierda. Tres semanas en las que el conjunto zaragocista no podrá contar con los servicios de Jorge Pombo.