Con la excepción de la líder del conjunto, Ona Carbonell, que hoy (16.30 horas, Teledeporte) buscará en la final de solo libre su segunda medalla individual, la natación sincronizada española se ha anclado en el Mundial de Kazán (Rusia) en una peligrosa quinta plaza a apenas un año de su nueva gran reválida, los Juegos Olímpicos de Río. La prueba de solo no es olímpica, y eso agrava las cosas, ya que en las dos modalidades que se disputarán el año que viene (dúo y equipos), España no logra pasar de esta quinta posición que la sitúa permanentemente por detrás de la intocable Rusia, pero también de China, Japón y Ucrania. Hará falta un enérgico golpe de mano en esos doce meses que faltan hasta la cita olímpica para revertir la situación.

Ayer no era un día de finales en el gigantesco Kazán Arena, pero las calificaciones siguieron la misma tónica. El quinto puesto fue el logrado por el dúo libre de la propia Ona Carbonell, formando pareja en esta ocasión con Paul Klamburg en vez de Clara Camacho, que la acompañó en la rutina técnica.

Quinto también fue el puesto de ejercicio libre por equipos, y quinto incluso el de la prueba que se estrenaba en estos Mundiales, ese dúo libre mixto que significó el regreso momentáneo de Gemma Mengual a las piscinas, en su séptimo Mundial, y el debut del joven Pau Ribes. Las siete medallas logradas en sincronizada en los Mundiales de Barcelona del 2013, por tanto, se pueden quedar en dos, las de Ona Carbonell en solo. Solo la nadadora catalana está dando el nivel en estos Mundiales.

La nadadora reconoció ayer, tras el dúo libre con Klamburg, que habían fallado en la segunda parte de la original coreografía, basada en el tema Catched de Kitflus, debido al cansancio y la desincronización. "Hemos empezado con mucha energía, pero hemos acabado un poco quemaditas. Tenemos que mejorar para la final la segunda mitad de la rutina", reconoció Klamburg. "Un 91,7000 es una nota baja para ser un ejercicio libre", añadió Carbonell.

LA LUZ DE MENGUAL

Además, Gemma Mengual llenó ayer con su luz la piscina del Kazán Arena, el escenario donde se celebran las pruebas de sincronizada. Tres años después de anunciar su retirada, la barcelonesa de 38 años reapareció en la alta competición en el histórico debut del dúo mixto de la natación española, al lado del joven Pau Ribes, de 19 años. Quedaron quintas, muy cerca de los favoritos. "Lo he pasado bien. Pese a ser quintos, estoy contenta. El objetivo era estar cerca de los favoritos", destacó más que satisfecha Mengual, que solamente se había marcado el objetivo del regreso a la máxima competición. Por su parte, Ribes afirmó que es un "gran honor competir al lado de una leyenda de la natación como lo es Gemma Mengual", dijo.