Ana Muñoz ya se encontraba a gusto en el agua cuando era pequeña. Su primer recuerdo en una piscina es de cuando con cinco o seis años su madre tuvo que «sacarme» del agua del tiempo que llevaba. «Era algo bastante habitual», cuenta.

Desde entonces ha continuado con la que es su pasión, la natación, compitiendo desde los 12 años. En su estreno en un Campeonato de España consiguió su primera medalla de bronce en los 200 metros libres. «Fue una sensación que no he vuelto a tener nunca, aunque he ganado más medallas (un total de cinco en su carrera). Es un sentimiento que no cambiaría por nada», recuerda con emoción.

El 18 de mayo, Ana Muñoz pudo cumplir un sueño. «Cuando me convocó la selección española estuve una semana que no me lo creía. No entraba en mi cabeza. Ahora sueño con poder ir a un Mundial o a unos Juegos Olímpicos», dice.

Su carrera sufrió un bache cuando hace cuatro años se lesionó en el hombro, lo que la obligó a cambiar de estilo para competir y pasó a hacerlo en espalda. Superó su lesión y la semana pasada logró un bronce en Sevilla.