Daniel Ambros fue la gran sorpresa de los Campeonatos de España júnior que se celebraron en Granollers. El zaragozano del Playas Castellón llegó a la ciudad vallesana con las aspiraciones de lograr un metal en los 200 metros y obtener la mínima de asistencia a los Campeonatos de Europa que se celebran en Grosetto. Para eso debía de bajar de 21.44. Pero cuando llegó primero destacado a la meta en la final de los 200 metros no se lo podía creer. Y más cuando vio en el marcador el fantástico crono de 20.95 con un viento contrario de -1,1. Era récord de España de su categoría, récord de Aragón y la tercera marca nacional del año tras los 20.75 de García y los 20.83 de Husillos.

Ambros era un niño con zapatos nuevos con la medalla de oro colgada al cuello. «Me quedé alucinado de la marca. Me conformaba con lograr el tercer puesto y la marca para el Europeo júnior», afirma. En las semifinales ya dio un serio aviso. «Salí a jugármela con el viento y terminé en 20.97. Me sentí comodísimo. Pero con +2,1 la marca no valía».

Solo le quedaba otra oportunidad en la gran final. «Comencé como una bestia, salí el primero, a la salida de la curva iba en cabeza con el viento a favor y la recta la corrí suelto y cómodo con el aire un poco en contra. Con viento nulo bajo de 20.90 seguro». Su gran rival era Pol Retamal. «Tenía mejor marca que yo, el récord de España. Pero le pude ganar», explica el velocista. Dice con ironía que la prueba que mejor se adapta a sus características son los «150 metros. Pero no existe. Salgo muy lento y luego recupero. En los 200 metros me sobran los 50 finales».

Pese a su juventud, Ambros tiene un magnífico historial. Disputó el 100 lisos en los Campeonatos del Mundo juveniles en Cali y el año pasado los Mundiales júnior en Polonia con el relevo corto. Comenzó a practicar atletismo en la escuela del Scorpio. Después empezó a entrenar con Ángel Gavaldá hasta el año pasado, que pasó a prepararse con Esther Lahoz. «Hubo complicaciones con Gavaldá y me tuve que buscar otro entrenador. He notado los cambios. Con Ester realizó distancias más largas. Ahora los últimos metros los he notado mogollón gracias a las sesiones de Ester y ya no me canso», concluye.