Fueron las invitadas sorpresa del debut en su casa del Mann Filter Stadium Casablanca. Zoe Hernández y Raquel Terrer ocuparon una plaza en el banquillo del equipo de Víctor Lapeña junto a otras dos jugadoras formadas en el Casablanca: Carolina Esparcia e Irene Lahuerta. Fue en el tercer cuarto cuando el equipo local doblaba en el marcador al Azpeitia Azkoitia el momento que decidió Lapeña para que saliera a la cancha Zoe Hernández. "No esperaba debutar. Lapeña no me dijo nada. Recuerdo que me quité el cabezal y salí rápido. Estaba perdida de los nervios que tenía", explica la base.

Con 14 años, la hija de José Miguel Hernández, el exjugador del CAI, estuvo a punto de batir un récord. Fue la segunda jugadora más precoz en la historia de la Liga Femenina en debutar tras Ana Montañana. "No tenía ni idea de este dato. Me enteré por twitter el día siguiente", explica. La base culminó su gran tarde logrando una canasta sobre la bocina al final del tercer cuarto. "Cogió el rebote Nogaye, me la pasó, tiré rápido delante de la defensa y entró", dice esta jugadora que se inició en el baloncesto hace siete años en el colegio Teresianas del Pilar.

En el último cuarto le llegó la hora a Raquel Terrer. La alero de 15 años jugó siete minutos. "Fue un sorpresón debutar. Estaba tan nerviosa en mi salida que me bailaban los sistemas en la cabeza. Víctor me dijo que saliese con fuerza y con ganas", afirma la rubia jugadora. Terrer ha jugado toda su vida en el Stadium. "Tenía siete años cuando comencé a jugar con Leticia Madoz". Es una buena estudiante de cuarto de la ESO en el instituto Miguel Servet. "Es una meta muy difícil triunfar en el baloncesto. Hay que trabajar mucho, ser constante, tener ganas y motivación. Si me dan a elegir, prefiero el básquet a los libros. Pero hay que tener una vida después del deporte", explica realista.

El domingo el Mann Filter, que hoy juega en Gran Canaria (19.00 horas), predicó con el ejemplo más que nunca. La llegada a la élite se consigue trabajando desde la base. "La satisfacción es que se vio en la pista a Raquel, Zoe, Irene y Carolina, chicas formadas en el Stadium. Cuatro de doce no son poca cosa. El 33% del equipo no está mal", explica Víctor Lapeña. El técnico mima la evolución de las debutantes. "Son niñas y hay que medir su progresión en dosis adecuadas. Entrenan con nosotros dos o tres días a la semana. Pero si bajan en sus estudios, dejan de entrenar con nosotros", acaba.