—Esta temporada está siendo su primera experiencia en el fútbol profesional, ¿cómo la valora hasta ahora?

Bueno, con diferentes momentos. Dura, reconfortante, de aprendizaje... De todo un poco, pero sobre todo de aprendizaje.

—¿Era lo que se imaginaba en verano cuando se confirmó el salto de categoría?

Sí, me lo imaginaba. Hay mejores campos, estadios, jugadores y eso se nota, pero más o menos es lo que esperaba. Se nota el cambio de Segunda B a Segunda, pero más en cuanto a uno mismo, en las presiones, en el club. Se nota, pero no es algo muy descarado.

—También es su primer año siendo más independiente, porque ya no vive en una residencia, como sí pasaba en el Real Madrid. ¿Cómo ha notado esa adaptación y también a una ciudad diferente como Zaragoza?

Soy una persona que con poco se conforma. En la ciudad no soy alguien que esté todo el día de un lado para otro. Soy bastante casero, me gusta estar con los míos, con mi chica… No soy de rondar mucho. Zaragoza es una ciudad que me gusta y estoy muy bien. Si no fuera por el viento, perfecto... (risas).

—¿Qué pensamientos le pasaban por la cabeza cuando se estaba a dos puntos del descenso?

Quieras o no hay un poco de nerviosismo y piensas ‘joder, estamos ahí y si hay un descuido nos metemos abajo’, pero el equipo ha sabido sufrir, hemos aguantado como cabrones, confiando en nosotros mismos y ahí estamos ahora.

—¿Por qué no llegaban los resultados y ahora sí? Cuesta creerlo siendo el mismo grupo.

Al principio formábamos un equipo en el que éramos muy nuevos todos, muy jóvenes. Por las ideas del míster es un sistema con el que hay que saber jugar y al principio no teníamos muy claro cómo hacerlo. Con el tiempo y con trabajo ha logrado que los jugadores sepan su rol y sacar el rendimiento apropiado. Ahora estamos con esa buena racha y al principio hubo partidos en los que merecimos más, no los sacábamos y nos preguntábamos qué pasaba, porque jugábamos bien, pero no ganábamos.

—¿Qué ha propiciado la buena racha que lleva el Zaragoza?

Hemos vuelto al rombo con estas victorias, la forma de presionar la hemos cambiado, pero seguimos haciendo más o menos lo mismo que hemos hecho durante todo el año, solo que ahora las cosas están saliendo mejor. Ahora también somos un equipo en defensa más sólido y eso hace que salgan los resultados.

—¿Hay euforia en el vestuario?

Euforia no, pero sí hay ganas. Cuando vences tienes ganas de que llegue el siguiente partido, llevarte los tres puntos y seguir arriba. Hay ilusión, lógicamente.

—¿Se han encargado los pesos pesados del vestuario o los más veteranos de reducirla?

Cuando haces números y piensas, Zapater dice que no miremos más allá del partido del fin de semana y así tenemos que trabajar porque es una competición muy igualada y, si pierdes un partido, puedes descolgarte. Tenemos que ir partido a partido y ya está.

—¿Cuál es el objetivo del Real Zaragoza a día de hoy?

Estar entre los mejores para optar a subir a Primera ahora que estamos ahí.

—¿Pero entre los dos o entre los seis primeros?

Si es entre los dos mejores por supuesto que mejor y si ganamos este fin de semana al Rayo daríamos un salto. Siempre queremos aspirar al máximo. ¿Por qué no subir directos?

—En verano se optó por un equipo muy renovado, con jugadores de la cantera y se habló de un proyecto de dos años mínimo. ¿El objetivo en verano era el mismo que ahora?

En el club han tenido claro siempre que iríamos de menos a más y se están dando los números. Ahora el equipo está más compacto. Al principio se decía que había que hacer una primera vuelta decente y en la segunda ir para arriba en la tabla. Se ha dado tal cual.

—¿Es el partido del Rayo definitivo para definir a dónde debe mirar el Real Zaragoza de aquí a la última jornada?

Es una categoría muy igualada y hay muchas rachas. Si perdiéramos en Vallecas, que creo y espero que no, nunca se sabe. El Sporting o el Rayo pueden perder tres o cuatro partidos y nosotros ganarlos. Solo hay que ver la racha que llevamos nosotros. En el fútbol, y más en Segunda, nunca se sabe, pero lógicamente si perdiéramos ante el Rayo sería un golpe para el ascenso directo.

—Después de un inicio de temporada tan complicado, ¿el ‘playoff’ es un premio o sigue siendo una obligación por la entidad del Real Zaragoza?

Es un club y una ciudad que siempre te exigen estar ahí. Más que una obligación es una ilusión o un sueño el poder estar ahí y optar a ganar. Ahora que estamos arriba, aunque la palabra obligación es un poco fea, nosotros mismos sí que nos marcamos como responsabilidad estar ahí.

—¿Qué se puede decir de la afición? Lo pudo comprobar en el derbi, por ejemplo.

Ya lo vemos cada fin de semana, están siempre ahí. En días en los que hemos estado mal había 15.000 personas en La Romareda, están todo el año con nosotros, no solo en los partidos buenos y ahora que estamos bien

—¿Se ha imaginado cómo sería el ascenso?

Sí, más de una vez. Siempre me lo imagino ganando en casa y con invasión de campo, pero vamos, que firmo subir en el Mini Estadi en la última jornada.

—Todavía es un jugador joven y con margen para crecer futbolísticamente, ¿qué es lo que más cree que debe mejorar?

Por la posición en la que juego ahora, ser más determinante. Estaba acostumbrado a jugar más en el medio campo y cuando estás más cerca del área hay que ser más determinante y eso aún me falta. También ser más constante, participativo y decidir la mejor opción cerca de la portería contraria.

—¿Cómo se tomó que Natxo González le cambiara en la primera parte ante Osasuna?

Soy una persona objetiva y sé que fue el peor partido que creo que he jugado en mi vida. No me salían las cosas, no estaba en el campo y me fui jodido a casa, pero por mi partido más que por el cambio. Soy crítico conmigo mismo y me voy fastidiado por no haber demostrado lo que llevo dentro. El míster piensa por el bien del equipo, pensó que estaba restando más que sumando, que es algo que yo también creo, que estaba restando, pero toca seguir trabajando para que salgan las cosas y ya está.

—Y dos semanas después se quedó en la grada ante la Cultural Leonesa.

La temporada tiene muchos adjetivos para mí y otro de ellos es dura. Cualquier jugador lo pasa mal, la familia también, pregunta mucho y no sabes muy bien qué contestarles. Al final los más fuertes y los que salen de los malos momentos son los que llegan arriba.

—Siempre se dice que la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana, ¿uno se llega a sentir solo en los momentos difíciles?

Puede ser. Al final tienes a la familia. Es lógico que cuando las cosas van bien haya mucha gente alrededor y que todos te quieran mucho, pero cuando pierdes o individualmente estás mal queda la familia y poco más. Todo el mundo echa balones fuera.

—¿Cómo logró animarse?

Es duro, pero piensas o en estancarte o en tirar para adelante. Estoy trabajando, entrenándome mejor y siendo positivo. La cabeza tiene que funcionar, porque si está mal las cosas no salen.

—Tras no ser convocado en León mantuvo una reunión con Lalo Arantegui, ¿qué le transmitió?

Tanto Lalo como el míster me dijeron que confiaban en mí. Veían que no estaba bien y que les preocupaba y en ello estamos, en mejorar.

—¿En qué gasta su tiempo libre?

Soy muy casero, me gusta mucho ir al cine, jugar al pádel, pero lógicamente durante la temporada no lo toco, solamente en Navidad y verano. Me gusta ir por el centro, comprar ropa y poca cosa más. Soy una persona sencilla.

—¿En qué jugadores se fija para mejorar?

En Modric e Iniesta. Siempre he tenido debilidad por ellos dos. De Modric me gusta mucho el toque, su pase de exterior y el cambio de ritmo, que es algo que también me encanta de Iniesta. De Andrés me gusta la conducción y la pausa que tiene.

—¿Se verá a Febas en unos meses jugando en Primera?

No lo sé. Cualquier jugador quiere jugar en Primera. Creo que tengo todavía mucho margen de mejora y puedo dar más en el campo. Si sale el mejor Febas puedo jugar en Primera.

—¿Se plantearía otro año en Segunda o es la hora del salto?

Sí, por qué no. Soy joven, quiero jugar, mejorar y sacar el máximo rendimiento. Todavía no lo he sacado y, si no tengo nivel para jugar en Primera porque no he dado mi máximo rendimiento, lo haré en Segunda.

—¿Le ha comentado el Real Madrid algo sobre sus intenciones?

Dani (García Lara, su representante) ha tenido conversaciones con los directivos del Real Madrid, pero más para hablar de sensaciones.

—¿Se ve jugando en el Real Madrid o puede que su sitio tenga que estar fuera?

Es el club en el que es más difícil jugar del mundo porque están los mejores. Hay que ser de los mejores para jugar y aún me queda para eso, pero nunca se sabe. Tengo mucha confianza en mí mismo y ojalá llegué algún día.

—Si surgiera la posibilidad, sea en Primera o en Segunda, ¿le gustaría seguir en Zaragoza?

Sí, es un club que me gusta, aunque no depende de mí solo porque pertenezco al Real Madrid. La ciudad y el club me gustan y estoy muy cómodo.