Parece un profesor de Física Nuclear. José Luis Mareca es pequeñito, tiene aires de despistado, lleva gafas, una carraspera permanente y su gran pasión es el fondo. Fue plusmarquista aragonés de maratón y cogió el testigo de ultrafondistas históricos como Alejandro Pérez, Joaquín Callao, Pedro Sierra o Alberto Murillo, todos ellos campeones de España de maratón. Siempre se recordarán sus duelos encarnizados con Javier Cortés.

Mareca tiene ahora 55 años y sigue corriendo. Hace más de 30 años empezó a preparar a fondistas. Conoció a una simpática chica en Atea. Era Chus Zorraquín, la mujer de la sonrisa permanente. Mareca la convenció para que corriera y se convirtió en campeona de España de maratón. Fue en Barcelona en el año 2001. Después le llegó un mirlo blanco. Era Toni Abadía. Tras un tiempo con Mareca, Toni decidió buscar la aventura y se fue dos años a entrenarse a la residencia Blume de Madrid con Dionisio Alonso.

Pero Toni Abadía volvió a Zaragoza. No le gustaba el mundo cerrado y asfixiante de la Blume, lleno de competencia a muerte, de entrenamientos a saco, de envidias y habladurías. Toni quería aire fresco y regresó con Pepe, que es como le llama a su entrenador del alma.

Magnetismo

Esto fue hace un año. Toni ha colaborado con Mareca en que el grupo del técnico zaragozano siga creciendo. El atleta desprende magnetismo, carisma, calidad y simpatía. Mareca aporta experiencia y su manera particular de ver el fondo. "Tengo una forma de entrenar variada y no hago sesiones aburridas. Me gusta el fartlek, la condición física y el interval", indica Mareca.

En este curso el grupo ha crecido en cantidad y calidad. Mareca tiene a 40 fondistas, todos ellos jóvenes y con proyección. Este curso llegaron atletas como Ana Lecha, Carlos Mayo y Jaime Escriche, que se sumaban a los clásicos Pablo Arrue, David Gracia, Noelia Bernad, Toni Abadía o Fernando Gil. Mareca fue el hombre más feliz del mundo cuando le comunicaron desde la Federación Española que habían seleccionado para el Europeo de cross del próximo 8 de diciembre a tres de los suyos. Son Toni Abadía, en sénior, Jaime Escriche, en sub-23, y Carlos Mayo, en júnior. Todos ellos militan en el Simply Scorpio. También van Marta Silvestre y Cristina Espejo.

Mareca ha cerrado su círculo. Los técnicos zaragozanos de fondo de toda la vida como Andrés Moreno, Miguel Ángel de Arce o Carlos París o los de la nueva ola como Jesús Romero, Felipe Castañer o Alfredo García asisten a esta explosión con incredulidad. Mareca se muestra feliz. "Es lo que hay. Las épocas cambian, el tiempo pasa y ahora no hay tanta gente entrenando. Creo que somos diferentes todos los entrenadores y cada uno tiene su propia filosofía. Yo tengo gente joven que anda muy bien".

Es el grupo de moda del fondo aragonés, aunque a Mareca no le gusta este adjetivo tan rotundo. "Es un entrenador bastante democrático. No impone su ley, ni su criterio. Su mayor defecto es que es demasiado humilde. Y sus virtudes son que es que es muy humano y le gusta estar en todos los entrenamientos. Si llego a unos Juegos, será con Pepe", indica Abadía.

Escriche se formó en La Salle Teruel, estudia Ingeniería de Telecomunicaciones en Zaragoza y llevaba dos años entrenando solo. "José Luis Lucas me aconsejó que me juntara con el grupo de Mareca para mejorar. Este año he entrenado muy fuerte. De lo contrario, sería imposible haber competido en el Europeo", indica.

Carlos Mayo era un hombre con dudas este verano. No lo pasó bien. Pero al final decidió dejar a Alfredo García. Empezaba una nueva etapa con Pepe. "El grupo de Mareca es una gozada. Me gusta la naturalidad de sus entrenamientos. Mareca nos mete muchos kilometros y me viene bien", dice Mayo.

La Federación no ha llevado a Pepe con el equipo a Belgrado. Pero le da lo mismo puesto que ya sabe como funciona la entidad presidida por un dinosaurio del deporte español llamado José María Odriozola. "Teniendo tres atletas, no han tenido la consideración de llamarme. Pero prefiero no criticar". Irá a Serbia con su inseparable Chus y se pagará todo de su bolsillo. Nunca ha querido deber nada a nadie.