El Real Madrid llega esta noche al Camp Nou (22.00 horas) para el primer asalto de la Supercopa de España pero en el barcelonismo el partido, y casi el título, se encuentran ahora mismo en un segundo plano. El culé anda tan distraído como el club, enfrascado en varios frentes de atención y ninguno enfocado al asunto puramente futbolístico. De ello debe encargarse Ernesto Valverde en el encierro de Sant Joan Despí, donde ha preparado el segundo clásico en dos semanas tras el amistoso disputado en Miami con victoria azulgrana (3-2).

Precisamente el día que se despidió Neymar, algo que muchos sabían y todos ocultaron, empezando por el propio protagonista. Dos semanas después, el Barça no ha encontrado sustituto; en verdad, los ha elegido (Coutinho, del Liverpool, y Dembélé, del Borussia Dortmund), pero no ha podido adquirirlos porque los dos clubs saben que tiene 222 millones y hurgan en la necesidad barcelonista para llevarse más de cien cada uno.

De Neymar se ha hablado cada día desde que llegó por su polémico contrato -y por las excelencias futbolísticas que atesora- y se habla de él tras haber marchado. Gerard Piqué volvió a hacerlo, inquirido por el papel que desempeñó cuando se gestaba la marcha del brasileño, y desveló la colección de mentiras sobre el serial. De Paulinho, otro brasileño, se hablará los próximos días por la inminencia de su fichaje, con todas las condiciones ya pactadas y a falta de que el Barça le dé oficialidad.

Mientras el Madrid especula sobre la posible reaparición de Cristiano, la identidad del relevo del sancionado Modric y las posibles rotaciones que haga Zidane, el barcelonismo no mira al campo. Se da por supuesto que jugará el once que era habitual con Luis Enrique y que Deulofeu ocupará el puesto de Neymar. «El partido de Miami es una referencia, pero no la referencia», dijo Valverde.

«Nos gustaría que se viera un equipo que enganchara a la gente y la idea clara de mandar en el partido, cuando tengamos el balón y cuando no», expuso Valverde, que priorizó la importancia del estilo por encima del esquema táctico «y si jugamos con tres, cuatro o cinco defensas». Valverde confesó que supo de la marcha de Neymar «cuando vino a decírmelo al despacho». La escena debió de ser el miércoles 2 de agosto. «Se hablaba y se intuía y algún jugador lo había comentado, pero a ciencia cierta no lo supe hasta el último día».

Pero Piqué lo sabía desde el 30 de junio. Desde la boda de Leo Messi en Rosario (Argentina). Neymar lo avanzó a varios compañeros, incluso convenció a Dani Alves, que estaba en la Juventus y negociaba con el Manchester City, de que fichara por el PSG. Piqué admitió ayer que mintió deliberadamente en el tuit que escribió el 23 de julio cuando dijo «se queda», adjuntando una foto de él y Neymar. «Sabía al 100% que se iba», confesó ayer. En vísperas de la Supercopa, creía llegado el momento de «explicarlo todo».

«No salió bien la jugada. Fue como cuando te marcas un farol en una mano de póquer y no sale bien», dijo Piqué, tratando de eludir responsabilidades: «Yo no soy un medio de comunicación y no tengo que dar noticias ni ser portavoz de nadie». De paso, criticó que los medios de comunicación le creyeran.