El reto ahora para la cuestionada secretaría técnica azulgrana, con Pep Segura al frente por delante de Robert Fernández, se centra en traer uno o dos refuerzos que vengan a cubrir las necesidades del equipo de Valverde y mitiguen a la vez la desilusión por la pérdida de una estrella mundial como Neymar.

Para ello el Barça trabaja con varios nombres. Es el caso de Ousmane Dembélé, el veloz y habilidoso extremo del Borussia Dortmund. El internacional francés, de 20 años, ya fue sondeado por el club azulgrana en el 2015, pero la presencia de Messi, Suárez y Neymar le hicieron decantarse por su actual club ante la evidencia de que no tendría los minutos de juego que buscaba. El Dortmund pagó entonces 12 millones al Stade de Rennes por un jugador que, dos años más tarde, tiene un precio que no baja de los 90 millones.

Más predisposición ha demostrado ya el brasileño Philippe Coutinho por vestir de azulgrana. Y es que el Barça ha llegado ya a un acuerdo con el interior del Liverpool tras cinco temporadas en Anfield. Coutinho, de 25 años, comunicó la semana pasada a Jürgen Klopp su deseo de jugar en el Barça, que ha ofrecido 80 millones por el jugador. Sin embargo, el club inglés no quiere bajar de los 100 millones aunque el interés del entrenador red por el azulgrana Rafinha, que tiene una cláusula de 75 millones, podría abaratar la operación.

Igualmente Paulo Dybala ha sonado para el Barça. El argentino, de 23 años, renovó con la Juventus hace poco hasta el 2021, pero no cierra la puerta a su marcha. El último nombre en irrumpir ha sido el de Antoine Griezmann, un valor seguro por su contrastada calidad y su experiencia en la Liga. El internacional francés, de 26 años, tiene una cláusula en el Atlético de 100 millones de euros.