León Tolstoi aseguraba que "el ajedrez causa alegría al aprendiz y sumo placer al veterano". Y este es, precisamente, el sentimiento de Aarón Maisterra (10 años) y Juan Codina (91 años), dos ajedrecistas aragoneses separados por más de 80 primaveras pero con una afición común.

Sentarse frente a un tablero, 32 piezas y un oponente ocho veces más joven que tú solo es posible en deportes como el ajedrez, donde la preparación mental destaca sobremanera ante la condición física. En el último Memorial Antonio Bernad celebrado el primer fin de semana de abril pudo darse esta curiosa escena, sin embargo los cruces entre el centenar de jugadores que participaron en la competición no depararon el esperado enfrentamiento entre Juan y Aarón. Pero la posibilidad de que se produzca no es tan remota, y es que ambos son participantes habituales en los torneos de la comunidad.

Juan Codina lleva desde los 15 años jugando al ajedrez. Se inició en el Club de Ajedrez Fuenclara y actualmente es socio del Club Tauste. "Empecé algo tarde para lo que suele ser normal. Un maestro del colegio me acercó a este deporte", señala Codina. En ese sentido Aarón Maisterra es más precoz. La afición del joven zaragozano por el ajedrez nació a los 5 años gracias a Jesús, su padre. Recientemente fichó por el CA Ibercaja.

Ambos comenzaron a competir muy pronto. "Me di cuenta de que quería tomármelo como algo más que un hobby cuando empecé a tener buenos resultados con los chicos de mi edad", destaca Maisterra. Mientras, Codina declara que participa en torneos "desde siempre, tanto en Aragón como fuera".

Pero más allá de la curiosa historia de Juan y Aarón, los dos son ajedrecistas de nivel. El veterano suma a sus espaldas un título de Segunda División, el ascenso de categoría y varios torneos a nivel regional. "A principios de los 70 logré subir a Primera siendo campeón imbatido. De las nueve jornadas gané seis y empaté tres".

Los logros

Por otro lado, Maisterra, el aprendiz, es una de las promesas del ajedrez aragonés, ya ha participado en dos campeonatos de España sub-10 y ha sido subcampeón de Aragón, además de conseguir varios trofeos en otros torneos. "En el primer Nacional me quedé el 43° y el año pasado terminé en el puesto 21°. Pero la competición era muy dura, con partidas que superaban las tres horas y media", comenta Aarón.

Sobre la preparación para afrontar con garantías una partida de ajedrez, ambos tienen claro que el entrenamiento diario es fundamental, pero también juega un papel importante la concentración. "Saber concentrarse es algo innato de cada uno, eso no se entrena", defiende Juan. Aarón, por su parte, sostiene que la mejor técnica es "concentrarse en el tablero colocando las manos sobre la frente".

Dedicarle cuatro o cinco horas diarias a un deporte no está al alcance de cualquiera. A pesar de ello, Maisterra cree en los beneficios que muchos expertos le han otorgado al ajedrez: "Me divierte mucho y hago muchas amistades, además cuando juego estoy alegre y me ayuda a estudiar y sacar buenas notas", argumenta Aarón. También Juan, con la sabiduría de toda una experiencia vital ligada al ajedrez e infinidad de partidas a sus espaldas, tiene claros sus beneficios: "Es un deporte noble, sin malas artes y muy bonito", finaliza el veterano ajedrecista.