La gran duda de Julen Lopetegui a pocos días del comienzo del Mundial resultó no ser la elección de nueve cara al debut de ‘La Roja’ ante Portugal, sino aceptar o no la oferta del Real Madrid de hacerse cargo de la plantilla blanca tras la cita mundialista para las próximas tres temporadas. Una propuesta que a nadie se le había pasado por la cabeza ni remotamente después de que la primera decisión del nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, nada más acceder al cargo, fuera renovar al técnico vasco como seleccionador hasta 2020.

Varios elementos han allanado el camino de Lopetegui al banquillo madridista. Al igual que Zidane, también cuenta con experiencia como jugador y técnico en la casa. Es conocida su buena relación con gente como Isco, Asensio y especialmente con Ramos, capitán del Madrid y de la selección. De hecho, el club blanco ya había sondeado a algunos de sus jugadores acerca de la posibilidad de incorporar al todavía seleccionador, e incluso Fernando Hierro, director deportivo de RFEF, fue tanteado personalmente por Florentino Pérez sobre la posibilidad de que la federación se opusiera frontalmente a la operación. Luis Rubiales ha estado en todo momento al corriente de las negociaciones.

Con su llegada al Madrid, Lopetegui tendrá que gestionar el ego de Cristiano Ronaldo, si es que finalmente sigue cumpliendo su contrato, sobre todo porque nunca ha ocultado su preferencia por Messi. «Es el mejor jugador que he conocido. Es muy difícil que volvamos a ver otro como él. El mejor de la historia», ha dicho de Leo.

En los últimos tiempos, a sabiendas de que la posibilidad de entrenar al equipo blanco era ya más que factible, su actitud ha variado sensiblemente con la intención de no incomodar aun más al portugués. «Ronaldo es el jugador con más mérito que puedo recordar. Ha sido capaz de convivir con Messi, quitarle triunfos individuales y colectivos. Es un competidor extraordinario», afirmó el pasado 31 de mayo. Míchel es uno de los candidatos a relevar a Lopegui, pero no quiso hacer declaraciones. «Prefiero no pronunciarme sobre este asunto», se limitó a decir. Mucho más explícito fue Arbeloa en las redes sociales. «No me puede gustar más», dijo el exdefensa.