El Tecnyconta Zaragoza 2017-18 es, ahora mismo, una gran incógnita. Tras un cambio casi completo de jugadores y la apuesta por un nuevo cuerpo técnico, el verano ha dejado dudas en cuanto al juego y la capacidad de la plantilla y un refuerzo de última hora que puede y debe cambiar el nivel del equipo. Hoy llega la hora de la verdad, el momento de empezar a despejar las incógnitas y ver qué clase de equipo puede llegar a ser este Tecnyconta. La competición le pone a prueba desde el primer día en Santiago de Compostela (20.00 horas), una pista que nunca se le ha dado bien.

El equipo aragonés afronta el partido con todos sus efectivos disponibles. Incluido Gary Neal, que no está al 100% pero sí preparado para echar una mano al equipo. En sus manos precisamente están puestas buena parte de las esperanzas de que el equipo funcione. O, al menos, de que tenga mayores argumentos ofensivos. También en las de Janis Blums, cuyo estado tras el Eurobasket no es tan fino como podría suponerse. Los tiradores, los anotadores, se antojan fundamentales en este Tecnyconta de Jota Cuspinera.

El final de temporada tan decadente que vivió el equipo la campaña pasada dejó una idea clara en el club. Había que cambiarlo todo. O casi. Ha habido modificaciones en otras áreas de la entidad, en la imagen, en la gerencia, pero sobre todo se pretendía transformar lo que había sucedido en la pista. Borrón y cuenta nueva. Hay un nuevo entrenador y cambios en el cuerpo técnico. Hay nueve jugadores nuevos y ha habido diez fichajes, contando con que ya se ha producido el primer corte en la plantilla. La ruptura con el pasado es casi total y muy evidente. Ahora hay que ver si esta nueva apuesta funciona y cuánto tarda en hacerlo.

El banquillo está en manos de Jota Cuspinera, un técnico con una amplia formación y experiencia en la base y como ayudante y que tuvo éxito en su primera experiencia al frente de un equipo en Fuenlabrada. Su idea de juego básica es ya conocida, correr y lanzar de tres. En pretemporada no ha terminado de funcionar, dejando la sensación de que los tiradores de que disponía el equipo no eran lo suficientemente fiables como para basar su juego en ellos. Para eso están en Zaragoza Neal y Blums, que se incorporó hace una semana.

Las limitaciones económicas han hecho que Salva Guardia haya confeccionado una plantilla en la que predominan las apuestas, jugadores jóvenes y, en cinco casos, debutantes en la Liga Endesa. Una de ellas, la de Torian Graham, falló antes de empezar. Así que habrá que comprobar qué respuesta individual da cada uno de ellos al reto que tiene por delante y también cómo se articulan como equipo. Eso precisamente, el equipo, fue lo que falló la temporada pasada. El duro inicio que le espera al conjunto aragonés en el primer mes de competición será una buena prueba en ese sentido si no llegan los resultados.

Desde luego, el aficionado quiere ver algo diferente del pasado curso. Un equipo aguerrido, con alma y que gane partidos, claro. Es difícil plantear el objetivo de este año más allá de los intangibles de volver a conectar con el público o de ser un grupo competitivo. Todo es una gran incógnita, incluido el rendimiento y el límite que puede tener el grupo, pero sí está claro que no se puede repetir el pasado. El equipo y el club deben empezar a construir su futuro y solo el tiempo dirá si la base es acertada.

Enfrente le espera hoy un Obradoiro renovado, aunque no tanto. El equipo gallego también sufrió y mucho la temporada pasada, pero su buen final de Liga le salvó con holgura. En medio de la crisis el club renovó al técnico con el que se ha asentado en la ACB, Moncho Fernández, que ha dotado al equipo de una identidad reconocible, ha dado continuidad a buena parte de su plantilla y se ha reforzado buscando una mejora en el lanzamiento exterior. Y cuenta con el fortín del Sar, donde el Tecnyconta solo ha ganado una vez. Allí empieza a despejar las incógnitas.