Ha cogido Lanzarote el gusto por Instagram como medio para mostrar su sentir. Cuando Lalo Arantegui le hizo saber que no se contaba con él, explicó lo sucedido en esa red social y aseguró que «al 99%» se quedaba. Ayer utilizó esa vía para afirmar: «La ilusión siempre estará intacta. Empieza otra temporada más, y ya van 28 disfrutando de este deporte», escribió.

¿A qué obedece ese mensaje? Al tira y afloja entre el club y el jugador, que lleva en Zaragoza desde la noche del viernes. Primero la entidad le dio dos semanas de permiso para encontrar equipo y después prolongó una más, la que finalizó ayer.

Así que Lanzarote avisó, con una foto en la Ciudad Deportiva y ese mensaje, de que su idea es entrenarse mañana con el equipo en la vuelta al trabajo de la primera plantilla tras el amistoso del sábado ante el Mirandés. Así, se daría una situación en el Zaragoza a la que no quería nadie llegar en la entidad. Su entorno confirmaba el sábado esa intención de entrenarse del jugador y el club asume que eso se puede dar, teniendo en cuenta que por la normativa que impuso la Asociación de Futbolistas Españoles no se puede apartar a ningún jugador y que el propio Lalo dijo que en ningún caso lo haría.

Sin embargo, esa medida de presión del futbolista puede venir también para dar el paso definitivo para la rescisión. Lanzarote, que al principio se negaba a cualquier acuerdo y que se amparaba en el año de contrato que le queda (que logró el año pasado tras jugar 25 partidos de titular), ya empezó a asumir hace unos días que la rescisión es la opción más factible. Quizá hoy ambas partes intenten un acercamiento para evitar que la imagen del barcelonés poniéndose a las órdenes de Natxo González, que ya lo dirigió en el Sant Andreu, donde la relación entre ambos tuvo altibajos, se dé mañana.

LAS POSIBLES SALIDAS

Lanzarote sabe que cuenta con el interés de Carreras en que llegue al Nástic, pero el club catalán no juzga como importante su fichaje y ahora mismo la decisión es que no juegue en la entidad tarraconense, algo que solo los últimos días de mercado puede variar. El extremo también está en la agenda del Mallorca, pero desde su entorno se asegura que es «muy, muy difícil» que baje a Segunda División B. Lanza es un jugador con más de 150 partidos en Segunda y busca seguir ahí.

El club ofreció a todos los jugadores a los que enseñó la puerta de salida y que tenían contrato la posibilidad de prolongar sus vacaciones para buscar destino. Lo hicieron Fran, que ya tenía apalabrada su marcha al Almería, Ortí, con un principio de acuerdo para su desvinculación y que puso rumbo al Toledo, y el propio Lanzarote, que ahora mismo acumula tres semanas trabajando en solitario. El jugador llegó en enero del 2016 al Zaragoza y renovó su vínculo el verano pasado, tras una tortuosa negociación, con un acuerdo por una temporada y otra opcional.