No es una final. A la vuelta de esta noche, el calendario de Segunda guarda aún cuatro partidos en los que el Zaragoza debería encontrar sin mayor problema la permanencia. Sería en circunstancias normales, bien distintas a las que ha atravesado esta temporada que empezó pensando en el ascenso directo y termina angustiado. Se sabe que el equipo aragonés no es el de otros tiempos, que se achanta cuando el fútbol se pone peliagudo. Por eso se quiere evitar la crisis nerviosa que supondría salir de esta jornada a tiro de los equipos que ocupan las plazas de descenso. No hace falta explicar mucho, dice César Láinez. «No voy a pedir nada. El aficionado del Zaragoza es suficientemente inteligente como para saber lo que nos jugamos todos. El que se sienta en la grada, el que está en el campo o en el banquillo, el que cuida el césped... Hay muchísimo en juego este viernes y para nosotros es importantísimo que el equipo dé un buen rendimiento para que la gente esté enganchada».

El mensaje, como el primer día, es mantener la categoría, pese a que la buena racha inicial con Láinez indujese a pensar en otros retos. «Siempre nos hemos expresado en la misma línea. El objetivo es la permanencia, los 50 puntos, aunque no sé si al final hará falta alguno más. Hace 15 días, antes del partido ante el Getafe, estábamos pensando casi en meternos en los playoffs. Hoy no voy a pensar en otra cosa que no sea la permanencia. El equipo ha dado señales de identidad, más allá de esos dos últimos resultados negativos, para afrontado con más tranquilidad estos partidos. Queda camino y va a ser difícil».

Las primeras dudas pasan por el propio Zaragoza, que se acoquinó ante el Getafe con el marcador a favor y se expresó con desconfianza en Reus. Puede ser miedo, ansiedad. «Me preocupa que haya demasiada responsabilidad, que no soltemos las piernas y no tengamos la misma medida de fútbol que hasta ahora. He vivido esas situaciones y, sea por ansiedad o por responsabilidad, a uno no le permite ejercer su profesión de la misma manera. En el mundo del fútbol es algo que va pegado a nuestra profesión. Solo triunfa el que sabe llevarlo. El que no sabe, evidentemente no lo hace».

A las incertidumbres propias se une el visitante, el Cádiz, que suma dos victorias (Girona y Alcorcón) y dos empates (UCAM y Huesca) en sus cuatro últimas salidas. El conjunto andaluz tiene la mirada fija en los playoffs y sabe que un buen resultado en La Romareda le dejaría muy cerca de su objetivo, ya que distancia en 5 puntos al Valladolid. «Espero un equipo con mucha fe en sus posibilidades. Hizo una primera vuelta irregular, pero se ha afianzado, con gente rapidísima en sus bandas. Los últimos resultados les dan seguridad», dijo Láinez, que no ha olvidado el encuentro del Carranza de principios de diciembre. «El peor partido que le recuerdo al Zaragoza fue en Cádiz. Por los dos flancos nos hicieron mucho daño. Espero un partido parecido, con un rival con confianza en sus posibilidades, transiciones rápidas y robos con salida a la contra».