Aquel 1966 fue de extraordinario recuerdo para el Real Zaragoza. Cuartos en Liga, vencedores de la Copa de Espa- ña y finalistas de la Copa de Ferias tras aquella eliminatoria de leyenda ante el Leeds. «Han sido el mejor equipo español que he visto en mi vida. Juegan a la altura de un gran campeón histórico», aseveró tras caer eliminado el mítico técnico del United Don Revie. Fue un curso agotador, encima casi no hubo tiempo para reposar, puesto que en el horizonte ya se vislumbraba el ilusionante Mundial de Inglaterra; el lugar donde el Zaragoza fraguó parte de su leyenda europea, ya que en apenas tres años se enfrentaron a un total de siete equipos anglosajones. «El aeropuerto de Londres es casi nuestra casa», dijo Lapetra. Para esta cita se reunieron en la preselección hasta cinco futbolistas zaragocistas: Violeta, Marcelino, Lapetra, Villa y Reija.

En aquella época el seleccionador era José Villalonga, el técnico que levantó la primera Eurocopa contra la URSS. Aquel título que se consiguió gracias a una base de futbolistas jóvenes, poseedores de una frescura técnica sobresaliente. Estaban llamados a tener un fuerte impacto en la cita mundialista, pero aquel Mundial en suelo británico siempre será recordado por el ambiente crispado y la pésima planificación. La organización fue tan mala que la concentración previa se hizo en Santiago de Compostela, ya que un miembro del comité nacional aseveró que el lluvioso clima gallego era igual al de la zona de Yorkshire y West Midlands. Cuando llegaron a las islas se encontraron con un sol radiante y un calor que retrató su sabiduría.

La lista del Gobierno

Aquella preparación se convirtió en una plomiza penitencia de 40 días llenos de agua, entrenamientos con barro e injusticias. De los 26 preseleccionados tenía que haber cuatro descartes, así que Villalonga prescindió de los culés Rifé y Zaldúa, además de los zaragocistas Violeta y Villa. La exclusión de estas dos estrellas blanquiazules provocó un fuerte estupor entre la opinión pública. «Fue un pecado. Nadie se explicaba por qué la base de la selección no era el equipo del Zaragoza», confesaba Reija en una entrevista a este diario.

El propio Villa aseveró que durante la concentración en el hostal compostelano ya sabían quiénes iban a ir convocados, así que el zaragozano decidió autoexcluirse. «Mire míster, estoy harto de esto. Lo he ganado todo con el Zaragoza, solo quiero irme con mi familia a la playa, por mí no tenga ningún probema», le dijo Villa a Villalonga. Los jugadores eran conocedores de todas las influencias externas que había en la lista, además de la feroz presión por parte de la prensa madrileña para llevar a las vacas sagradas del combinado nacional.

La leyenda del fútbol español y del Real Zaragoza, Marcelino Martínez Cao, explicó que «el Gobierno obligó a convocar a determinados jugadores. Hubiéramos tenido opciones de ganar si hubieran ido los que tenían que ir». Bajo ese clima lleno envenenado llegó la selección española a Birmingham. Se hospedaron en Pens Hill, un pueblo donde aún se acordaban de aquel encuentro del Zaragoza en Elland Road.

Un Mundial fatal

Aquel Mundial fue en blanco y negro, bajo el encanto de los estadios ingleses; maqueados para la ocasión. Todavía se veneraba al peculiar perro Pickles, el héroe nacional que encontró la copa mundialista robada de un museo. España debutó en Villa Park ante Argentina con el resultado de una derrota que complicó el pase. Los representantes zaragocistas contemplaron el mal papel nacional desde el banquillo.

El lateral lucense Reija cuajó un excelente partido ante Suiza tras suplir a Eladio por lesión. Se venció con un juego soso y ramplón, por lo que España tenía que vencer a la Alemania Federal de Backenbauer para pasar de la fase de grupos. Villalonga rompió sus cadenas para introducir cambios, entre ellos a Lapetra y Marcelino. Este once más dinámico plantó cara al poderoso plantel germano, que fue subcampeón, pero sucumbió por 2-1. Esta derrota cerró el telón a un Mundial de intereses y permanentes negligencias. Unas decisiones que fueron una traición al fútbol.