El Barcelona jugará la final de la Copa del Rey tras cumplir el trámite que suponía el partido de vuelta en Mestalla ante el Valencia, tras el 7-0 de la ida, que dejó en anecdótico el empate a uno.

El partido arrancó tan desangelado como las gradas de Mestalla. Los dos equipos, plagados de suplentes y jugadores de los filiales, no fueron capaces de imponer ritmo alguno al choque. Tan solo las acciones de Sergi Roberto en la medular del Barcelona permitieron ver algo de creatividad en el juego.

El conjunto de Luis Enrique jugaba muy cómodo, aunque le faltaba fluidez en los metros finales, donde tan solo creó peligro en acciones personales de Munir, Sandro o Rakitic.

Con el paso de los minutos, el Valencia comenzó a tener un mayor contacto con el balón, aunque el único argumento ofensivo que encontró fue en la sociedad entre Pablo Piatti y Negredo. En el ecuador del primer acto, una buena combinación entre ambos acabó con un pase de la muerte de Piatti hacia Mina, pero Mathieu se adelantó al remate de éste y evitó el gol.

El Valencia buscaba hacerle daño a la contra al Barcelona, lo que finalmente logró en un pase al hueco a Negredo que, ante la indolencia de la defensa azulgrana, se plantó solo ante Ter Stegen. El ariete no supo sortear al meta, pero tuvo la fortuna de que el balón, tras el rechace, le quedó delante y marcó a placer.

En los minutos finales del primer tiempo, el Barça pudo empatar en una jugada de estrategia que cabeceó Munir. El Valencia puso la réplica en un remate del central brasileño Santos, tras un saque de esquina que cerró la primera mitad.

En la reanudación, el Valencia le puso un punto más de intensidad y dispuso de dos buenas oportunidades para ampliar su renta, pero sin éxito. Conforme avanzó el partido fue perdiendo fuelle y el Barcelona se hizo con el mando del juego, imponiendo el ritmo que más le convenía.

Los cambios en ambos equipos despertaron algo el duelo en los minutos finales y permitieron al Barcelona empatar en el primer balón que tocó el recién entrado al terreno de juego Kaptoum, que igualó un partido insulso y sin historia.

TEBAS Y EL BERNABÉU Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol profesional, expresó ayer que le gustaría que la final de la Copa del Rey fuese en el Santiago Bernabéu, ya que "debería jugarse en un estadio grande", pero eso es "decisión de los clubes".

"Un partido así es importante que se juegue en un estadio con gran capacidad, se merece un estadio en el que quepa mucha gente, pero si no puede ser en el Bernabéu, que sea en el Vicente Calderón o en cualquier otro que albergue la máxima gente posible", explicó el presidente después del acto de la entrega de fondos solidarios de la Liga. No es la primera vez que se produdce este conflicto con las finales del Barcelona. El Real Madrid no está abierto a que juegue la final en su estadio pese a que, en principio, el rival sería el Sevilla, que arrastraría también numerosos aficionados y sería un punto equidistante.