Joserra Lebrón es navarro, pero ya se considera un altoaragonés más. Lleva trabajando como bombero en el túnel de Somport desde hace once años y desde que era pequeño siempre ha practicado todos los deportes relacionados con el mundo de la montaña. Residente en Canfranc, ahora su gran pasión son las carreras de mushing. Mucho de ello se debe a una perra llamada Lur. Ahora tiene cinco y hace pocos días fue subcampeón del mundo de mushing en la modalidad de skijoring en la localidad austriaca de Scharning.

Fue hace ocho años cuando rescató a Lur de una muerte segura. "Los colegas del Club Mushing Monegros se la encontraron en la cuneta de una carretera. Tenía dos meses y me reenganché con este deporte en serio". Lur significa en vasco tierra. Después adoptó a otro perro, lo llamó Orhy, el pico más alto de la frontera de Francia con Navarra. "Estaba abandonado, solo y maltratado en un piso. Le busqué dueño, pero al final me lo quedé", indica.

Después adoptó un tercer animal: Negu. Y a continuación llegaron dos huskys con los que se ha llevado dos subcampeonatos del mundo. "Son tía y sobrina. Lua es la mayor e Ishka, la más joven. Ahora mismo son las mejores que tengo".

En el 2013 fue subcampeón de Europa en la localidad francesa de Les Faurgs. Era la modalidad de skijoring en media distancia. El deportista va atado a dos perros y esquía en estilo patinador. El año siguiente repitió la plata en los Campeonatos del Mundo disputados en Kandersteg (Suiza). Hace pocos días repitió la segunda plaza del podio en Scharning (Austria).

"Este año me quedé a puntito de ganar. Son tres etapas de 40 kilómetros cada una. Comenzamos con una nocturna. El que hace menos tiempo las tres etapas es el que gana. Fui primero hasta el último día, pero mi rival ruso me ganó por un minuto. Terminé con un promedio de velocidad brutal de 22 kilómetros por hora", recuerda el navarro. Todo se decidió en la última etapa que comenzó como líder Lebrón. "Los dos de cabeza íbamos haciendo relevos, pero me caí, me puse segundo y se metieron por en medio dos doblados. Cuando pasé a los dos trineos el ruso me llevaba mucha ventaja".

Compenetración

La compenetración entre el deportista y los animales debe ser muy grande para alcanzar el éxito. "Cuanto más nervioso te pones tú, más se ponen los perros y más posibilidades hay de fracasar. Una perra empezó con el celo y había que ir más tranquilo con ella. Pero soy bastante tranquilo y yo estaba como si saliera a entrenar. Cuanto mejor vas tú, mejor van los perros", dice Joserra Lebrón.

El deportista vive con sus cinco perros en su casa de Canfranc. "Son muy tranquilos y la mayoría de los días están en casa. Se portan bien. Influyen en mi carácter, pero eso hay que trabajarlo bien. Son mi propio espejo", indica.

Su gran sueño sería disputar carreras de larga distancia de 500 kilómetros en los países nórdicos o las legendarias carreras de Alaska. "Pero con los perros que tengo es un poco complicado. Son inviables por presupuesto y el número de perros. Una amigo ha hecho 500 kilómetros en Noruega y acude con 14 perros". Los presupuestos son muy elevados y eso que este año Lebrón cuenta con un nuevo espónsor, que es el Ayuntamiento de Canfranc. "Los perros son atletas y no puedes escatimar en nada. Hay que tenerlos bien cuidados. El grado de bienestar de los perros en las carreras debe ser innegociable", concluye.