Turquía aguantó durante media hora a Estados Unidos y enseñó a España el camino para imponerse en el futuro a las estrellas de la NBA, que acabaron superando al conjunto otomano con amplitud en el marcador (77-98). Una zona muy cerrada bajo el aro rival y la imposibilidad de correr por la estrategia de Ataman de parar el partido en cuanto los americanos se aceleraban llevó por la calle de la amargura en la primera mitad a los de Mike Kryzewski, que empezaron a soltarse en el tercer cuarto pero doblegaron la resistencia turca hasta el último.