Joaquín Pacheco es un pintor prolífico. Con 18 años realizó su primera exposición. Han pasado 41 primaveras desde entonces y ya ha sumado 250. "He expuesto en todos los continentes menos en Asia y Oceanía. Pero vivir de la pintura es casi una misión imposible en Zaragoza", explica. Su especialidad es la pintura abstracta geométrica. "Me he movido en la escuela rusa y alemana del constructivismo y el suprematismo". Los pintores que más le gustan son Goya, Picasso y Kandinsky. "Me haría mucha ilusión tener en casa el Guernica. Aunque es enorme. De Goya algún grabado de Los Caprichos como El Sueño de la Razón produce monstruos", dice este zaragozano de 59 años.

Cuando estaba a punto de cumplir los tres años, Pacheco sufrió la polio. "Ese virus vino de fuera a través de las bases americanas. Mi padre era militar y tenía contacto con ellos. A un adulto no le afecta, pero se transmite a los jóvenes. Me pasó de una forma accidental", dice. Desde entonces se ayudaba de unas muletas y va con silla de ruedas desde el 99.

Un año más tarde Pacheco inició su segunda vida. Comenzó a practicar el atletismo. "Una doctora que dirigía mi rehabilitación me aconsejó que practicara deporte. No pudo ser una decisión más acertada". En el 2000 disputó su primera prueba, la Carrera Popular Ibercaja. Hoy es uno de los personajes más famosos de las carreras zaragozanas seliendo en cabeza con su silla de ruedas. Está super enganchado al atletismo. "Ahora la pintura la tengo de lado porque el atletismo para mí es todo. El deporte nunca lo dejaré", reconoce.

Pacheco ya ha disputado diez maratones y ha corrido en un tiempo de 3.04. "Creo que podría correr en 2.40. Este año quiero hacer el maratón de París, y regresar a Valencia, que es un sitio mítico. El recorrido es ideal, con calles amplias. Pero sueño con correr en Nueva York, aunque cuesta un pastón", dice.

Ya tiene asumido que nunca podrá disputar unas Paraolimpiadas. "Soy demasiado mayor para pensar en eso. Un corredor de élite tiene entre 20 y 30 años y hacen unas marcas increíbles. El récord mundial está en 1.21. Empecé con 48 años, muy tarde. Pero me ha servido para viajar mucho y conocer colegas", afirma.

Dificultades

Nunca ha tenido problemas para fundirse con los atletas populares. "En carreras con mucha gente he tenido algún susto, pero es mínimo. Voy con cuidado. Prefiero perder dos minutos, que jugármela y atropellar a una persona. En el deporte estoy para divertirme. El primero que tiene que respetar al corredor soy yo", explica. Lo que peor se la dan son las subidas. "Es como si llevara una mochila. Hay que hacer mucha fuerza en los brazos y pierdo bastante velocidad. La silla de ruedas es un potro de torturas porque vas en posición fetal o de rodillas".

Pacheco vive solo en una casa de la calle General Mayandía de Zaragoza. Está separado y tiene una hija. "No tengo ningún problema. Bajo a comprar, hago la comida y la limpieza...", afirma el atleta del Zurita. No desea volver a andar y poder disputar un maratón. "Mi sueño no es correr un maratón a pie. No lo envidio. Si pudiera hacer un milagro, no me gustaría andar. Me gusta ir en silla de ruedas. Estoy a gusto como soy. Si pudiera andar, dejaría el atletismo", reconoce.