Ha estado más de media vida recorriendo toda España bajo palos pero lo que de verdad le gusta es entrenar y ahora puede dedicarse a eso en el Balonmano Aragón, como técnico de los porteros del primer equipo y responsable del equipo juvenil y del filial. Es, además, el primer fichaje externo para el cuerpo técnico en los últimos ocho años. Es Julio Rodríguez, un clásico del balonmano español, nacido en Barcelona hace 37 años y portero en el Barcelona, Stadium Casablanca, Chapela, Ciudad Real, Santander, Torrevieja, Huesca, Barakaldo y, de nuevo, Huesca, donde decidió retirarse al final de la pasada temporada.

"Este verano he tenido más ofertas que nunca", dice, pero la decisión estaba tomada, no añora ponerse de nuevo bajo palos y tiene claro que quiere ser entrenador. Siempre le ha gustado, siempre lo ha sido. "La verdad es que me lo paso mucho mejor entrenando que jugando", confiesa. "Me inicié como entrenador en el Campus de Valero Rivera y en la escuela del Barcelona. Cuando estaba en el júnior, los viernes ya entrenaba a los niños de un colegio", explica. En todos los equipos en los que ha jugado ha dirigido algún conjunto de categorías inferiores y aspira a ser técnico de máximo nivel.

De momento, intentará ayudar a Mariano Ortega y Jorge Moliner con el entrenamiento específico de los porteros de la primera plantilla. Su incorporación obedece a varios factores, su experiencia, su capacidad para hacer grupo, su manera de transmitir a los demás, favorecidos por el hecho de que vive en Zaragoza y de que conoce a Óscar Mainer y Mariano Ortega. Con Mainer coincidió en Torrevieja, en el último año como jugador del zurdo, en el que incluso el ahora presidente tuvo que ser entrenador en la última jornada.

Fue compañero de Mariano Ortega en Ciudad Real. "Conozco cómo trabaja, su forma de ser, sé que es un tipo que lo da todo en la pista, que siempre está haciendo grupo, que es positivo. Una de las cosas que podíamos mejorar en el cuerpo técnico era esta, el entrenamiento específico de la portería, que es un puesto diferente", dice Ortega. "Era un referente como jugador y compañero. Mariano Ortega es mi jugador ideal. Estaba claro, se veía que iba a ser entrenador seguro. Y de los buenos", apunta Julio.

Julio Rodríguez transmite al hablar de su trabajo el mismo entusiasmo que se le veía en la pista. "La portería es un puesto que requiere experiencia y conocimiento. Y eso se adquiere jugando". La tendencia hasta ahora era pensar que la madurez de un portero empieza a partir de los 25 años. "Eso hay que cambiarlo, hay que acortar los plazos. Si entrenas el doble que otro, llegas antes. Por ejemplo, Svensson llegó a la élite a los 18 años. Y ahora tenemos el ejemplo de Gonzalo Pérez de Vargas, cuyo éxito se explica por la base de entrenamientos que se sigue en el Barcelona".

Lleva dos semanas trabajando con el Balonmano Aragón y está encantado con los dos porteros de la primera plantilla. "Jorge Gómez ha nacido para ser portero", resume. "Es un porterazo, tiene todo lo que hay que tener para el puesto", explica. "Carlos Jiménez es un ejemplo de que muchas veces las ganas y la ilusión te hacen mejorar las cualidades. Carlos suple las dificultades que puede tener con sus medidas porque es listo, tiene ganas, le encanta aprender y se entrena fenomenal", indica.